Cada año hay 5 mil víctimas por crímenes de honor

Fucsia.co, 4/6/2014

Por amar a un hombre que no fue asignado por sus padres o perder la virginidad antes del matriminio, muchas mujeres son condenadas al destierro, violaciones o a la muerte como le ocurrió a la paquistaní Farzana Parveen a manos de su familia.

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El reciente asesinato de Farzana Parveen a manos de su familia ha vuelto a poner en el ojo público la realidad de los llamados crímenes de honor, que se perpetúan como un común denominador en ciertos lugares del mundo, y las escandalosas cifras que lo sustentan a nivel mundial.

La mujer paquistaní, embarazada de cinco meses, fue lapidada por una docena de hombres, según recogía la agencia Reuters, entre ellos, su padre, su hermano y antiguo prometido, por casarse con el hombre que amaba. El asesinato de la joven de 25 años responde a los parámetros de lo que se denomina un crimen de honor. Y es que en Paquistán resulta impensable que una mujer elija a su futuro marido cuando ha sido destinada a casarse con otro hombre, una elección que se considera deshonrosa para la familia.

El crimen de honor, según Human Rights Watch, es un asesinato de un miembro de una unidad familiar perpetrado por sus parientes, motivados estos por algún hecho que consideran que afecta a la buena reputación de la familia. La ONG habla de motivaciones comunes por las que se suelen cometer estos actos criminales y atroces: bien porque la víctima se niega a tener un matrimonio concertado, bien porque esta sufre una violación, o bien porque mantiene relaciones sexuales –o existe la presunción de que así ha sido- fuera de la unión marital. También se habla de castigos comunes (lapidación, rociar a la persona con ácido o quemarlas vivas); penas que se ejecutan en muchos casos sin que la víctima haya tenido un juicio previo o incluso justo.

A este respecto, los crímenes de honor se consideran una cuestión de género, pues, excepto casos aislados, son las mujeres las víctimas  principales de estos asesinatos.
 

Y, efectivamente, como asegura el Fondo de Poblaciones de Naciones Unidas, cada año 5.000 mujeres son asesinadas en el mundo bajo la justificación de que han mancillado la reputación de su familia. Solo en Paquistán, la cifra supero el año pasado las 869 víctimas. Todas ellas, mujeres.

Sin embargo, como indica Naciones Unidas, los datos no reflejan esta realidad en su totalidad. En la mayoría de los casos, los asesinatos no se reportan a las autoridades, si no que se encubren dentro del seno familiar o se hacen pasar por un accidente o un suicidio.

Otro de los errores que rodean a los crímenes de honor es considerar que estos solo se perpetúan en países que profesan el Islam o en estados en vías de desarrollo o los, erroneamente, denominados tercermundistas. Si bien es cierto que este tipo de asesinatos son más frecuentes en determinados rincones del planeta, se trata de un problema generalizado y creciente que no entiende de raza, religión o clase social. Si, en cambio, de género.