Pelo

Cuidados del pelo largo

Revista Fucsia , 31/1/2012

El pelo largo es símbolo de feminidad. Pero éste exige mayor esmero por cada centímetro de longitud. Cortes, consejos y colores.

Foto: Thinkstock

Pocas cosas son tan gratificantes para una mujer como tener el pelo arreglado de la manera que la hace ver mejor y le gusta más, con el corte perfecto y un peinado que ella misma o su peluquero logran cada tantos días. Como no hay nada más desalentador y que la haga sentir tan mal como que su pelo se vea descuidado.

Y una de las cosas que más gratifican del pelo es llevarlo largo; es como si existiera un código de conducta que obligara a mucha  mujeres a llevarlo así, entre otras cosas, porque para los hombres es una de las facetas más femeninas de la mujer. Lo que pasa es que hay edades de edades para usar el pelo largo. Si se tiene más de 40 años no se debe exagerar el largo, ni se debe dejar largo pasados los 50, es un dictamen en el que están de acuerdo la mayoría de los peluqueros, aunque hay mujeres famosas como Nicole Kidman que contradicen de manera fehaciente esta teoría.

Lo cierto es que la mayor demanda, la más importante, del pelo largo, es el cuidado. Ni importa si éste es muy rizado o si, por ser así, es una cabellera muy voluminosa, si es bastante fino y cuelga sin gracia, o si tiende a perder el brillo con los tratamientos. Ahora que tanto se usa el pelo largo podemos sacarle partido dedicándole un rato cada día a moldearlo y arreglarlo.

Por dónde empezar

Es una constante que el pelo que crece bastante tiende a ponerse quebradizo, a mostrar horquilla, debido a que la humedad que se genera en el bulbo capilar no alcanza a cubrir toda su longitud. Y este problema es más sensible cuando ha sido sometido a tinturas, a rizado o alisado permanente.

Lo primero que hay que hacer es dedicarle un buen rato a nutrirlo, con enjuagues y champús indicados para este fin. No obstante, no hay que abusar de los productos hidratantes y suavizantes hasta el punto de que el pelo se ponga grasoso, lo que agravaría los problemas.

Además, como el pelo largo se somete comúnmente a largas sesiones de blower o secado, los secadores, planchas, tenazas o rulos eléctricos contribuyen a su deshidratación. Por eso, son más idóneos los secadores con boquilla y es bueno usar productos termoprotectores que protejan la fibra capilar. En cuanto al peinado, hay que usar cepillos o peinillas de cerdas gruesas que minimicen los efectos quebradizos.

De buen corte
Pero la clave del pelo largo es, como la de cualquier longitud, el corte. Con un buen corte, la mujer puede sentirse libre, no depender de la peluquería. Y este paso hay que darlo siempre, la reflexión que cabe aquí es que, bien sea corto o largo, el pelo que no se ‘poda’ con cierta periodicidad se achila. Para las que usan rulos basta un corte con un suave degradé. Los lisos se ven muy bien con multicapas.

Así que no vale dejarse llevar por la pareja cuando le dice a una mujer: “no te cortes el pelo”. Las que tienen el pelo muy fino creen erróneamente que mientras más largo lleven el pelo mejor se les verá
. A estas mujeres se les recomienda el uso de postizos para ocasiones especiales, ya que ahora los hay de todos los volúmenes.

Por otra parte, para sacarle ventaja al pelo hay que aprovechar las caídas naturales. Cuando una melena es lisa y se da en una cabeza muy redonda hay que ponerle rulos para que se vea más natural. El pelo rizado tiene la ventaja de suavizar las líneas, las facciones. Una melena recta, ‘llovida’, en cambio, las endurece. Finalmente, para darle forma hay que recurrir a los modeladores, que ayudan a dar volumen.

De lleno al color

Pocas mujeres, muy pocas, están contentas con el tono natural de su pelo, por eso, lo cambian con cierta frecuencia y algunas toman determinaciones radicales como cambiar de una vez por todas de ser pelinegras a ser rubias, o de ser castañas a ser pelinegras; es una paradoja que se resuelve aparentemente con éxito siempre que se esté segura del objetivo.

Por eso, la clave para cambiar el color del pelo puede empezar por una palabra que, repetida, puede garantizar que se acierte: cautela. Sí, una vez decididas a cambiar el color del pelo, las mujeres deben, como se dice, “consultarlo con la almohada”, porque una vez pasen por el proceso de cambio sólo queda salir a la calle y ponerle la cara al mundo.

Problema de personalidad
Dicen que el color del pelo imprime personalidad. Aunque es aventurado aceptarlo formulado así, de una manera tan simple, hay, digamos, características sicológicas que se aproximan a la manera de ser de cada mujer según su color de pelo. Uno no se imagina, porque sería desvirtuar la imagen de mujeres que han sido iconos de la belleza femenina, como Marilyn Monroe, que ella pudiera ser algo diferente a la mujer despampanante que fue si no fuera rubia. Ni que gran parte del atractivo de Sofía Loren residiera en su melena castaña oscura, pero parece que así es.

Dicen por ahí que las rubias son más alegres y abiertas, y habrá algunas que corroboren este aserto y otras que lo contradigan. En todo caso, el color de su pelo las hace llamativas y es posible que esta circunstancia les valga para adquirir seguridad.

En cuanto a las castañas, se afirma que transmiten confianza. Aunque no faltarán algunas que produzcan exactamente la sensación contraria, se puede decir más bien que un pelo castaño bien administrado, con ojos del mismo tono o un poco más claros, bien puede ser un pretexto para cambiar un poco, volverse más alegre y, por qué no, más lanzada.

Del pelo rojo se sabe que, por su rareza, se ha asociado con la seguridad en sí mismas de algunas mujeres y también con lo caprichosas que se muestran en ciertos momentos. Pero ahora que los tonos de tintura tienden a volverse cada vez más fuertes, vale la pena probar a ‘echarle’ un poco de candela, candela que, dicho sea de paso, puede avivar las emociones de una vida monótona.

El decálogo del pelo largo
1. Córtatelo por lo menos cada dos meses; eso lo ayuda a crecer sano, a cobrar vida.
2. Hidrátalo con un buen champú, y si es un poco indómito, con tratamientos especiales.
3. No creas que la tintura es dañina. Por el contrario, puede hidratar el pelo, protegerlo y darle brillo.
4. Unas pinceladas de color o iluminación en algunos mechones le sientan bien a cualquier color.
5. Prueba a comprobar estos mitos (si te lo pintas): las rubias se divierten más, las castañas transmiten confianza y las pelirrojas son muy apasionadas.
6. Hay cremas moldeadoras que le aportan volumen al pelo, pero siempre es mejor usarlas en pequeñas dosis.
7. Nunca te hagas tintura y planchado o permanente al mismo tiempo, los componentes de un producto u otro pueden hacer corto circuito.
8. Los cortes en capas en pelos muy largos y voluminosos ayudan a suavizar las facciones.
9. Si te decides a llevar el pelo muy liso y muy parejo tienes que tenerlo muy brillante.
10. Trata de no hacerte el blower todos los días; más bien cuídalo con buenos hidratantes, champús y acondicionadores.

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