¿Cómo el arte se ha tomado la moda?

Fucsia.co , 14/10/2015

Una de las tendencias más fuertes en el mundo de la moda son las colaboraciones entre ambas disciplinas, que han dado prendas y accesorios infaltables en el armario de una fashionista.

Foto: Cortesía Freywille - Foto:

La relación entre arte y moda ha sido estrecha siempre. Desde la seducción de la firma Rodarte por el post-impresionismo de Vincent Vang Gogh, pasando por Toms Sachs con Nike, hasta el cineasta David Lynch con Christian Louboutin, el número de colaboraciones entre la moda y el arte no ha mermado, incluso hoy que las celebridades están jugando a ser diseñadoras de marca.


El producto, al mismo tiempo que populariza el nombre de los artistas y es altamente rentable para las compañías, saca el arte de los museos silenciosos y nos permite lucirlo en nuestra ropa y accesorios.

Mira aquí algunos ejemplos de la poderosa unión entre arte y moda.


1. Elsa Schiaparelli + Salvador Dalí

La archienemiga italiana de Coco Chanel, Elsa Schiaparelli, desarrolló su creatividad en una época en que las mujeres no tenían carrera profesional. Su visión vanguardista y un séquito de amigos artistas la llevaron a conocer a los surrealistas, entre ellos, Salvador Dalí con quien haría en 1937 el mítico vestido de seda con una enorme langosta impresa y el sombrero con forma de zapato de tacón, inspirado por una foto hecha con unas zapatillas en la cabeza.


2. Alexander McQueen + Damien Hirst

La famosa bufanda de calaveras del diseñador Alexander McQueen, que se dio a conocer en la pasarela primavera-verano de 2003, fue reinterpretada por el artista británico Damien Hirst para conmemorar los 10 años de la prenda. Treinta modelos tomaron a los insectos como elementos clave para fundirlos en una especie de caleidoscopio que formaba la figura de la calavera sobre la seda.

3. Las joyas de Freywille

Por más de 30 años, la marca austríaca Freywille ha creado novedosos estándares en el diseño de joyas con un proceso de producción que dura alrededor de dos años por el cuidadoso trabajo hecho a mano. Inspiradas en las obras de los grandes maestros como Claudé Monet y Gustav Klimt, aretes, brazaletes, dijes, anillos, se pintan uno a uno con esmaltes.

Así lo explica Nina Kaltenboeck, country manager de Freywille para Colombia y Singapur: “Es difícil el proceso de producción porque los colores del esmalte cambian cuando se ponen al horno, entonces hay que hacer varios tests con una sola pieza hasta que se encuentre la mixtura exacta del color y se pueda aplicar en cada una de las piezas pensadas. Son de tres a cuatro capas de esmalte para darle resistencia. Se aplica paso a paso porque cada pieza puede tener un total de 25 colores. Lo último que se pone es polvo de 24 quilates de oro amarillo o blanco para que quede mate, o pasta de oro para que quede brillante”.



                  


                                                                                         Foto: Cortesía Freywille


4. Takashi Murakami + Louis Vuitton

Tras 12 años de historia, la moda despide una de las colaboraciones más estables y una de las más largas entre un artista y una marca. El artista, quien basa su obra en el arte gráfico japonés, la cultura de consumo y la animación, y la firma francesa, le dijeron adiós a los bolsos, cinturones y marroquinería de la colección Monogram Multicolore, que desde 2003 eran un must it por haber hecho las siglas LV multicolor. ¿La causa? El director creativo, Nicholas Ghesquière, quiere enfocarse en el monograma original.

5. El vestido de Yves Saint Laurent

Alguna vez, Yves Saint Laurent dijo que “la moda no es un arte, pero para dedicarse a ella hay que ser artista” y siguiendo ese instinto reinterpretó la obra de aquellos artistas a quienes sentía cercanos a su trabajo en el otoño de 1965, como Pablo Picasso y George Braque. De esa manera nació el Mondrian Day Dress, que basado en la obra geométrica del holandés Piet Mondrian se transformó en el vestido cocktail más usado de la temporada y reproducido en múltiples ocasiones, incluyendo un videoclip de Katy Perry y un capítulo de Los Simpsons. De línea recta, sin mangas y cuello redondo, es simple pero impactante por el uso del color.