Es solo un concurso de belleza

Fucsia.co, 20/12/2015

Contenido editorial. El error de coronación en Miss Universo 2015 ha decantado en una ola de racismo en contra de su presentador Steve Harvey. Lo cierto es que no hay concurso de belleza que justifique la violencia verbal.

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Disculpen si soy desmemoriada, pero no recuerdo una indignación similar a la desatada por el error de coronación en Miss Universo, cuando el Instituto Nacional de Medicina Legal publicó su informe ‘Forensis: datos para la vida 2014’, en el que constata que por cada hombre que denuncia ser víctima de violencia por su pareja, seis mujeres lo hacen; tampoco recuerdo que hayamos invocado la memoria de Pablo Escobar para que impartiera justicia por la muerte de las 18 mujeres a manos de Fredy Valencia, el apodado ‘Monstruo de Monserrate’; no recuerdo que hayamos protestado con tanta vehemencia ante el club de fútbol Atlético Junior por un reciente caso de discriminación en contra de la porrista de color Shirley Salgado, y si bien Miss Tanguita, el famoso concurso de belleza infantil celebrado en el municipio de Barbosa causó todo tipo de polémica a principios de este año, fue sólo después de haberse celebrado durante dos décadas sin el más mínimo atisbo de protesta.

Sí, el error del presentador y comediante estadounidense Steve Harvey fue grave, pero la lluvia de comentarios en su contra han dado lugar a otro tipo de errores aún más preocupantes, como el de quienes han aprovechado la oportunidad para explayarse en acusaciones racistas, o quienes incluso han llegado a desear su muerte. Olvidamos entonces que en Colombia, según las estimaciones del Dane, más de 4 millones de personas pertenecen a la comunidad afro y que llamando Nigger a Harvey estamos rechazando también nuestra pluralidad.


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Deberíamos estar más indignados por el ideal de belleza universal que promueve este tipo de certámenes, porque no existan concursos en donde se exprese la belleza en sus múltiples manifestaciones, porque hasta hace unos meses se atacaba a Ariadna Gutiérrez en las redes sociales por su supuesta ‘gordura’ o porque sean este tipo de hechos los que despierten la ‘solidaridad’ colombiana y no problemas como el feminicidio, la violencia intrafamiliar o la violación de los derechos de las minorías.

Que nuestra capacidad para protestar se limite a la fugacidad de las redes sociales y que hechos como el ocurrido ayer en Miss Universo sean la máxima expresión de nuestra indignación como sociedad, evidencian lo desdibujada que está nuestra identidad. Ante esta realidad, vale la pena recordar que es solo una corona con más valor simbólico que real y que pese a lo emblemático del concurso de belleza Miss Universo, nada justifica la violencia verbal con la que se ha atacado a Steve Harvey por un error que también pudo cometer un blanco.

*Por: Daniela Flórez