7 razones para no tener un amigovio

Fucsia.co, 2/6/2015

Cansadas de los numerosos artículos que inundan la red hablando de los beneficios que tiene tener un amigo con derecho, desde Fucsia.co te damos los motivos por los que no deberías. Quizá te hagan reflexionar… o no.

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Lo que de toda la vida se llamó 'amigo con derecho', ahora se llama 'amigovio'. Al margen de las confusiones terminológicas, las reglas para esta particular relación no varían un ápice: no hay compromiso, ni reclamos, ni restricciones, ni amor, ni lealtad.

Internet está plagado de contenido en el que se desmenuza con más o menos acierto las ventajas de mantener  estas uniones entre "amigos". Tras consultar unas cuantas, debido a la imposibilidad de analizarlas todas (al introducir este calificativo en Google, devuelve más de 100.000 entradas), estas son nuestras conclusiones de por qué no se debería tener un amigovio.


1. ¿Quién controla las emociones por siempre?

Antes de iniciar una relación de este tipo, las dos partes tienen que sentar las bases del tipo de reciprocidad que les va a unir y cómo, que enraíza sus principios en una idea clara: el compromiso es nulo.

Sin embargo, las emociones son algo cambiante, y nadie puede asegurar que uno de los dos no acabará transformando ese sentimiento inicial de amigos con derecho a otro más intenso. Esto inevitablemente genera dolor y pondrá en una situación incómoda a alguno de los miembros de la “pareja” que tendrá que volver a reiterar sus intenciones y su falta de amor hacia el otro.

Los amigovios están hechos para personas emocionalmente estables y con un alto nivel de raciocinio. Si no es así, no te involucres en una. '¿Mujeres y hombres podemos ser amigos?'





2. Incomodidad en público


La dinámica delante de otras personas puede resultar muy perturbadora. Pongamos un ejemplo: un encontronazo en medio de la calle entre ambos, y uno de los dos está con otra persona. ¿Se debe saludar? ¿Cómo se presentan entre ellos? ¿Cómo se justifica a esa persona delante de la otra con la que estamos acompañados?

O en caso de estar sin compañía, pero se coincide en un espacio público. ¿Cómo se debe saludar? ¿Cómo se actúa en público cuando en la intimidad existe tanta complicidad?


3. Adiós amistad

Si las personas implicadas en esta relación eran amigas de antes, una vez traspasada la línea de la intimidad, será muy complicado retroceder a los primeros estadios de amistad.

Si la cosa sale mal, uno se juega que el afecto que se profesaban ambas personas como amigos desaparezca. Por lo tanto, es importante plantearse si merece la pena arriesgar tanto.


4. ¿Y cuando uno de los dos encuentre pareja?


Este es otro de los motivos por los que para ser amigovios hay tener mucha disciplina, entereza y estabilidad emocional. El hecho de que no haya ningún compromiso entre ambas personas sugiere que en cualquier momento alguna de ellas puede encontrar a otra que le satisfaga más y romper el vínculo que le unía al amigo con derecho. Y en ese momento, ¿cuánto de preparados están los amigovios para enfrentarse a sus nuevos caminos prescindiendo del sexo que les unía?


5. Conformismo

Uno de los problemas de los amigovios es que, en muchos casos, pueden caer en el conformismo. Es decir, si ya sé que tengo asegurado la parte íntima, ¿para qué busco algo más que no solo me satisfaga en el plano sexual, sino en el resto de sentidos? Los miembros de la pareja se pueden cerrar las posibilidades de conocer a alguien.

Y en caso de que se conozca a otra persona y se inicie una relación formal, ¿qué se hace entonces con los amigos con derecho? En términos generales, las personas las conservan ahí, en un segundo plano por lo que pueda pasar con la nueva relación, lo que crea un círculo vicioso: si la relación va mal, acudiremos a ese plan b para desquitarnos, sin darle mayor valor que ese.  'Tener sexo no es la moneda de cambio para tener amor'





6. Se mantiene por pena


Otra de las opciones es que los miembros de esta relación atípica se vean inmersos en una dinámica tan rutinaria que finalmente uno de los dos decida que quiere terminar con este vínculo.

Llegados el momento, muchas personas no tienen la valentía para enfrentarse al hecho, así que mantendrán a la persona por pena, por no generarla, por no perderla y mantenerla como plan b, etc…

Los motivos son innumerables, pero esta situación es injusta para uno de los dos miembros. Su posición es  de desventaja porque no conoce los verdaderos motivos por los la otra persona todavía mantiene una amistad con derecho, diferentes a los que suscitaron la unión inicial.


7. El amigovio maquiavélico


Todo puede pasar, en este caso, que se acabe de amigovio de una persona maquiavélica, malvada con intenciones retorcidas y cuya única intención es mantener a la otra persona para utilizarla a conveniencia.

Su metodología está basada en aceptar una relación sin compromiso, pero poco a poco va haciendo que la otra persona se implique mientras él tiene claro que nunca pasará a mayores. Así tiene cubierto el lado sexual y el lado egocéntrico: mantener cerca a alguien que le idolatre, mientras él sigue haciendo su vida, hasta que se canse o encuentre algo mejor.