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Trucos para tener un cerebro saludable

, 11/4/2011

Descubre aquí cuáles son los principios básicos para mantener una óptima salud mental a medida que pasan los años.

Trucos para tener un cerebro saludable, foto: Thinkstock - Foto:

RevistaFucsia.com
 
Existen seis principios básicos para mantener la agudeza y la salud mental a medida que pasan los años: curiosidad, variedad, buena alimentación, ejercicio físico, evitar el estrés y dormir bien. Seis elementos que deben ser constantes en la vida de todo aquel que quiera seguir siendo perspicaz e inteligente con el correr del tiempo.

Curiosidad: igual que los niños que viven asombrados por la cantidad de cosas desconocidas que hay a su alrededor, es buen hábito mantenerse inquieto por lo novedoso, no sólo proporciona la posibilidad de despertar nuevos gustos sino que también fomenta la actividad cerebral.
La razón por la que el cerebro es más veloz y eficiente cuando se empiezan a probar cosas nuevas es porque lo nuevo estimula el desarrollo de nuevas sinapsis, o conexiones neuronales. Existen algunos ejercicios para mantener la mente en constante actividad:

Procura realizar juegos de ingenio como crucigramas, rompecabezas, sudokus y acertijos. Retos pequeños que te mantendrán despierta porque están basados en la lógica y las capacidades verbales y matemáticas. Estos juegos son más productivos si se hacen por 15 minutos que si se practican durante horas. Si ya eres buena en estos pasatiempos, intenta otros diferentes, para que tu mente no se acostumbre a lo que ya sabe hacer.

Cuando entres a algún espacio nuevo, como un bus o un restaurante, describe mentalmente las características físicas de las personas presentes; ese ejercicio te hace más observadora y mejora tu memoria.

Lee el periódico a diario, si se te dificulta mantener la atención inicia leyendo todos los títulos la primera semana, luego lee los artículos de mayor interés y luego prueba leerlo completo un fin de semana; este hábito mejorará tu capacidad de entendimiento y concentración.

Variedad: Cuán cómoda es la rutina, tener un esquema bien organizado de cada día para no perder tiempo en futilidades. Pues bien, aunque las rutinas nos permiten sentir el control de nuestra vida, nos someten en un adormecimiento frente a la interactividad del mundo. Asumir nuevos retos es parte de la existencia misma del ser humano, por eso dejarlos de lado no es más que un acto de pereza y te puedes estar perdiendo de experiencias realmente fascinantes.

Lee un buen libro: si te sientes abrumada por la cantidad de literatura que no has siquiera intentado explorar o por el grosor de los libros, no te afanes, nadie te pide que empieces con Crimen y Castigo, hay miles de novelas sencillas que capturarán tu atención de inmediato y agudizarán tu cerebro, sólo se trata de empezar para descubrir qué es lo que más te gusta, tal vez Dostoievsky te sorprenda gratamente más adelante.

Cambia el orden de las cosas: el cambio en la rutina de cosas tan simples como usar tu mano menos hábil para cepillarte los dientes o para escribir, ducharse con los ojos cerrados o andar por la casa con los ojos vendados, te ayudará a aumentar tu inteligencia.

Otros ejercicios que pueden mejorar el funcionamiento cerebral son: elegir algunas palabras poco comunes del diccionario e incorporarlas a tus conversaciones cotidianas, cambiar el medio de transporte o la ruta para ir a tu trabajo, memorizar una lista de compras o los números telefónicos de tus amigos.

Buena alimentación: el consumo de alimentos sanos no es sólo es benigno para el cuerpo, sino que favorece al cerebro; algunos estudios científicos revelan que una dieta saludable es un aspecto fundamental que interviene en la mente y las emociones. La Dra. Marian Diamond, especialista en neuroanatomía de la Unversidad de Berkely-California, afirma que el entorno favorable para el aprendizaje incluye una dieta nutritiva en proteínas, minerales, vitaminas y calorías. Científicos de la Universidad de Illinois encontraron evidencias de que la glucosa es fuente principal de energía del cerebro y que intensifica la memoria y el aprendizaje.

Ejercicio físico: las propiedades salubres de mantener una actividad física constante no se reducen al buen estado corporal, abarcan el ámbito mental en tanto que ayuda a combatir la depresión y mejora la memoria. Según una investigación adelantada por la Universidad de Salamanca-España, el ejercicio físico puede actuar como un mecanismo de freno o como protección contra la depresión, incluso en personas más vulnerables o que muestran indicios de esta condición.

Evitar el estrés: se ha comprobado que el estrés producido por sobrecargas de trabajo o de otro estilo puede incentivar la producción de hormonas que dañan el buen funcionamiento del cerebro, también puede causar depresión o apatía hacia la vida. Por tales razones es recomendable que cada persona incluya en su agenda actividades afines a sus gustos.

Dormir bien: el sueño siempre es el mejor aliado para descansar y para recuperar las energía perdidas durante el día, asegúrate de dormir lo suficiente para estar activa a la mañana siguiente.