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Hábitos para la memoria

Cómo tener una mente más despierta

RevistaFucsia.com, 19/12/2012

Algunos de los hábitos más habituales de nuestra vida cotidiana afectan a nuestra memoria sin darnos cuenta. Los científicos de la revista australiana ABC Science concluyeron con pruebas a más de 30.000 personas que ver la televisión solo una hora a la semana puede agravar nuestra falta de memoria, debido a que hasta ahora ha supuesto una experiencia totalmente pasiva.

Pantherstock. - Foto:

Por su parte, más de dos bebidas alcohólicas al día puede también ser un mal síntoma en cuanto a nuestra capacidad de recordar, con un importante énfasis en aquellas personas que consumen una alta cantidad de alcohol todos los días. En los momentos de sobriedad, pueden llegar a encontrar difícil el hecho de recordar nombres o datos comunes. También algunas dolencias y enfermedades pueden tener como daño colateral una ligera pérdida de memoria, como el insomnio y el estrés, pero también la depresión y la obesidad.

Por contra, aquellos usuarios que cosecharon mejores resultados en los tests de memoria fueron los aficionados a la lectura, especialmente la de ciencia ficción. Además, los juegos de memoria, como el ‘brain training’ o la neuróbica, son muy interesantes para mejorar nuestro uso de la memoria, aunque es importante que estos juegos siempre supongan retos para el cerebro. Si este se acostumbra a una determinada manera de pensar, el juego no surte efecto. Por otro lado, juegos de mesa como el trivial o concursos de pruebas intelectuales son también útiles, porque ayudan a dialogar constantemente con lo que recordamos sin importar dónde lo hayamos aprendido.

Algunos hábitos que mejoran nuestra memoria son beber té o café y tomar pescado, cuyos ácidos grasos omega-3 y DHA contribuyen a un mejor desarrollo cerebral y ocular, que acaba suponiendo una mayor agudeza visual, una mejor comprensión y capacidad de aumentar el vocabulario. Sin embargo, otros alimentos que también son buenos para la memoria son los aceites derivados del pescado, el aguacate y las fresas, el tofu, las nueces y los anacardos, algunas especias como el orégano, la mejorana o la albahaca, verduras como el brócoli, la lechuga romana, los distintos tipos de coles, los guisantes  y las espinacas o la carne de cordero y res.