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Sydney - Australia un destino que no te puedes perder

, 19/9/2010

Descubre por qué Sydney (Australia) es un destino que debe estar en tu lista de: ¡sitios para visitar antes de morir!

Sydney Harbour Bridge and Sydney Opera House , Australia. Foto: Thinkstock - Foto:

Por RevistaFucsia.com

Un destino para nosotros muy lejano. La conexión: Bogotá-LA-Sydney o, si lo prefieres: Bogotá-Buenos Aires-Nueva Zelanda-Sydney. Un trayecto largo y emocionante. El día anterior, la indecisión y la ardua tarea de escoger tu ropa y tus zapatos preferidos: ¿cómo dejar atrás mis tejanos favoritos?, ¿o el abrigo que con tanto amor compré en Nueva York? , aunque sigo el consejo de los ilustres nómadas conocidos: ”sé práctica”, desprenderse de tu closet y tus cosas no es una labor fácil ni gratificante. Pasaporte en mano, mis dos maletas permitidas llenas a rebotar con lo que a mi juicio me pareció lo más necesario, y con el corazón saliéndoseme del pecho. Y empieza la travesía, empieza la emoción. Un país que no se puede comparar con ningún otro visto. El pavimento de sus calles dándome la bienvenida, con la gente más hermosa que haya visto , no sólo físicamente. Hombres y mujeres de rasgos perfectos, el sol en sus pieles, la sal en sus poros y la sonrisa más pura, dándome a entender que había tomado la mejor decisión de mi vida al escoger Sydney como destino para mis estudios, para mi aprendizaje.

Quise creerme una “local”, por eso llegué a vivir a Bondi Beach. ¿Cómo olvidarte Bondi Beach con sus frías y azules aguas, sus restaurantes y cafés bordeando la playa, sus miles de personas de todas las nacionalidades habidas y por haber, disfrutando de una soleada tarde de verano, sus cuerpos torneados, bronceados y perfectos que me hacían dar ganas de inscribirme inmediatamente en el gym más cercano? Ésta sería mi primordial tarea para el día siguiente. Segurísimo.

Situémonos en los Eastern Suburbs, donde está la acción. Edificios contemporáneos con un toque inglés. Playas, playas y más playas. Pequeños cafés en los que griegos, italianos, tailandeses y japoneses te dan la bienvenida para probar alguno de sus manjares. ¿Y ya mencioné agua? bueno… había más agua. Después de un agitado día, en el que el sol, la arena y un par de copas del más exquisito Chardonnay de Hunter Valley me hacían sentir entre mareada y dormida, y el reloj marcaba las 7:45 de la noche, había llegado la hora de despedirme de mis amigos de pieles oscuras con olor a curry, ojos rasgados con sabor a sushi y pelos dorados como el oro. La noche acababa de comenzar.

Mis pies sobre unas carísimas pero confortables sandalias Gucci y mis piernas en unos baratos pero hermosos shorts de Sportsgirl (reconocida marca australiana), me daban el toque especial de mujer latina: la femme fatale. ¿Un restaurante?... ¡humm!, cualquiera sería una muy buena elección dentro de los 15 restaurantes en fila en la bahía de Wooloomooloo (increíble nombre, ¿verdad?). Medio de transporte: un bote de 10 pies. ¿Qué tal si antes de ir al restaurante pasamos por debajo del imponente y majestuoso Harbour Bridge?, sería un placer. Después de una exquisita cena en un restaurante tailandés que vendía el mejor ‘Pad Thai’ con pato de la historia, decidimos encaminar nuestra travesía a un bar en Circular Quay, al lado de una de las obras arquitectónicas más llamativas de la ciudad y del mundo: La Opera House, que vende los mejores Lychee Martini’s de la ciudad. Las mesas, atestadas de gente feliz, sonido de copas y buen humor me embriagaban. Era tal mi emoción que me dejaba contagiar por la energía de la ciudad, por el calor de la gente.

Había llegado la hora de ir a casa. Mis 'flat mates', una japonesa y una canadiense, me esperaban temprano porque a la mañana siguiente encaminábamos nuestra travesía a las ‘Blue Mountains’. Y así transcurrieron mis primeros 6 meses en Australia, entre viajes, comidas, teatro, fiestas, cine y muchísima dosis de diversión. Seis primeros meses que pronto se convirtieron en seis años y así hasta llegar a los veinte años en un país que me acogió como a uno de los suyos. Un país exótico y cosmopolita, lleno de cosas qué mostrar y lecciones qué aprender, gente que irradia alegría en una de las ciudades consideradas por los expertos como una de las ciudades con el mejor estilo de vida del mundo.

Mejor sitio para tomarse un Lychee Martini: Hugo’s.
Mejor spot para ver hombres: North Bondi.
Mejor spot para ver mujeres: Bondi Beach.
Mejor sitio para caminar un domingo: The Rocks.
Si pudieras hacer sólo una cosa en Sydney: Baila con los aborígenes.
¿Cuánto dinero se gasta en promedio en un día?: 100 dólares australianos.