belleza

Obsesión por la belleza

, 9/5/2010

La adicción a las cirugías plásticas o a los tratamientos estéticos es una patología que sufren quienes tienen un culto enfermizo por su imagen. ¿Qué opinas al respecto?

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Resulta difícil entender por qué una mujer joven y hermosa como Heidi Montag, protagonista de la exitosa serie The Hills, recurrió a una serie de cirugías plásticas para ‘mejorar’ su imagen. Heidi, de sólo 23 años se sometió a 10 procedimientos quirúrgicos –en un mismo día- que no lograron precisamente resaltar su belleza. Esto porque la transformación de la estrella de Hollywood es tal que cuesta reconocer en ella a la antigua y bella Heidi.  
 
Sobre las transformaciones radicales y la obsesión por no envejecer hablamos con el médico cirujano Alejandro Rada Cassab, director general de Rada Cassab Medicina Estética. Él nos contó cómo se comportan quienes se obsesionan con estar siempre bellos.

RevistaFucsia.com: Según su experiencia, ¿cuáles son los motivos que pueden llevar a una persona a obsesionarse con la belleza?
Alejandro Rada Cassab: Los tratamientos estéticos son herramientas para proyectar una imagen con la que la gente se sienta a gusto. El grave problema es que las personas se obsesionan, abusan y pierden el concepto de la realidad por lo que se miran en el espejo y se ven mal. Por ejemplo, se ven obesos siendo muy flacos. Este tipo de pacientes con baja autoestima acuden motivados por un cambio que no necesitan pero al que están seguros que deben someterse.

RF: ¿Cuántas personas acuden a usted para transformarse radicalmente?
ARC: En la clínica atendemos a diario 200 personas. 20 de ellas las veo yo y de éstas debo rechazar 3 ó 4 porque llegan con la foto de un personaje famoso o de una persona totalmente diferente a la que se quieren parecer.

RF: ¿Qué sucede cuando les hace saber que no puede convertirlos en la persona que llevan en el papel?, ¿cómo hacerles ver que no necesitan dicha transformación?
ARC: Cuando se desdibuja la imagen que la persona tiene de sí misma es que comienzan los problemas. Lo primero entonces es intentar persuadirla tomándole fotos que permitan hacer un análisis conjunto. Así el paciente puede ver que definitivamente no requiere el procedimiento. Además se hace un estudio de masa corporal y en el rostro se utiliza una cámara que le deja ver de cerca a la persona que lo que busca no es necesariamente lo más indicado para su tipo de belleza. Si es evidente que el paciente no puede manejar su ansiedad y es fácil intuir que hará un recorrido por varios profesionales hasta encontrar alguno que le practique el procedimiento, se le recomienda acudir a un sicólogo, un siquiatra o tomar terapias ocupacionales.

RF: ¿Los pacientes obsesivos mienten para que se les realice un procedimiento en una zona del cuerpo que ya ha sido tratada?
ARC: Sí, por supuesto. Dicen mentiras para que se les apliquen dosis extras en el rostro o para que se les den tratamientos para adelgazar aún cuando ya están lo suficientemente delgados.

RF: ¿Es válido afirmar entonces que el miedo a envejecer es lo que finalmente lleva a las personas a volverse adictas a las cirugías o a los tratamientos estéticos?
ARC: Definitivamente. Muchas personas no entienden que envejecer con divinidad no significa deformarse o transformarse. Así lo único que se consigue es caer en el ridículo. Es posible preservar la belleza siendo consecuentes con la edad.

R.F: ¿Cuáles son los riesgos de someterse indiscriminadamente a tratamientos o cirugías?
ARC: Por ejemplo, las personas que se operan la nariz para reducirla al límite tendrán problemas futuros para respirar; las mujeres que se operan varias veces los senos para aumentarlos de tamaño sufrirán trastornos en la piel y dolores de espalda. Por su parte quienes se inyectan silicona en los glúteos pueden presentar taponamientos de los conductos linfáticos y venosos y en el peor de los casos someterse amputaciones de miembros por infecciones.

R.F: ¿Los efectos de estos procedimientos son reversibles?
ARC:Los tratamientos invasivos no son reversibles. Tengo el caso de una paciente a la que se le practicaron varias lipectomías y hoy debe caminar encorvada porque los procedimientos fueron exagerados.