¡Cámbiate el ‘chip’ del maquillaje!

 
El maquillaje antiedad también existe, cómo te parece. Y no resulta nada difícil incorporarlo a tu imagen. Primero te vamos a dar los ‘no’ y luego los ‘sí’ de esta rutina que  practicas antes de salir de tu casa y que puede hacer milagros. El maquillaje puede cubrir las imperfecciones de la piel y los signos de la edad, pero, así mismo, puede convertirse en un enemigo que te haga lucir incluso mayor de lo que eres. El uso de colores apropiados, texturas ligeras, apenas la cantidad necesaria de productos y mucha discreción cuando te lo apliques puede ser el comienzo de mostrarle al mundo tu nueva cara.
 
Los ‘no’
' Desecha las sombras oscuras, aunque hacen ver los ojos más grandes pueden desentonar, porque esos tonos, justamente esos, pueden hacer que la piel se vea ajada.
' No te apliques base y polvos, es demasiado, parece como si te hubieras puesto encima la cubierta de un ponqué, las dos cosas se ven demasiado voluminosas.
' No delinees tu boca y menos si este delineador sobresale por fuera del contorno de los labios, en vez de verse más llenos se ven desinflados.
 
Los ‘sí’
- Aléjate de los colores que hacen más dramático el maquillaje, como los azules y verdes encendidos, y el negro. Esos colores no te sientan, como sí lo pueden hacer los grises atenuados, marrones y terracotas.
- Huye de las brillanteces, están mandadas a recoger si lo que quieres es llevar un maquillaje sobrio. Los brillos suelen meterse entre los pliegues de las arrugas y crean un efecto muy pronunciado.
- Usa tonos similares de pintalabios y brillo, y por favor, llévalos claros. Una boca que ‘grita’, que atrae demasiado por su color, no es la mejor amiga del maquillaje antiedad. La clave es ‘moderación’, en todo.