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Carolina y Jorge Malabet

, 10/5/2011

Padre e hija dirigen una de las marcas de vestidos de baño más populares del momento, Estivo. Un dúo a prueba de agua.

 
Carolina, la directora creativa de Estivo, heredó de su padre la costumbre de tocar y sentir las telas. Él, Jorge Malabet Santonoro, un textilero con 36 años de experiencia, sabe muy bien la importancia de hacerlo. Por eso es el gerente general de la marca de vestidos de baño pensada en los cuerpos de mujeres reales.

Carolina Malabet estudió Diseño de Moda en la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín y luego fue becada para hacer un máster en Moda en la Domus Academy, en Milán. Desde que estaba en el colegio Marymount sabía que lo suyo iba a ser el diseño, pues se la pasaba pintando. También recuerda que en todas las ferias de la ciencia, su papá le ayudaba a hacer proyectos que siempre estuvieron relacionados con el tema textil. “Fue algo natural cuando dije que quería ser diseñadora, mi papá siempre me apoyó para lograrlo”, dice.

Hace unos años empezó a estudiar el comportamiento de las mujeres a la hora de comprar vestidos de baño, y se dio cuenta de que, así fueran delgadas, nunca sabían cómo hacerlo y no sentían confianza hacia una marca específica. Lo comentó con su padre y vio el espacio de mercado y la posibilidad de acercarse a la gran mayoría que no tienen cuerpos de modelo. Así nació Estivo, una marca que ya tiene una fuerte presencia en Miami y en Venezuela.

Cuenta Carolina que el proceso de diseño arranca con una conceptualización previa en la que se fijan en cómo se comporta el mercado en el exterior. También, antes de empezar a diseñar, se tienen en cuenta todos los comentarios de las clientas. “Para nosotros su voz es fundamental, se trata de una relación confianza-respeto”, afirma.

Ser la cabeza de un negocio creativo para mujeres, sólo puede traer beneficios, pues le da cercanía con las clientas y le permite poder aconsejarlas y oírlas mejor. La idea viene precisamente de ahí: de escuchar la realidad de todas las mujeres. “Muchas veces todas esas imágenes perfectas no le hablan a uno y el gusto por comprar estas prendas íntimas queda en el olvido”, añade Carolina. También cuenta que ha sido un reto equilibrar su vida personal con la laboral, porque su cabeza nunca deja de pensar en la marca. En este momento su mente está enfocada en crear un concepto alrededor de la belleza real y eso la lleva a estar en un constante proceso creativo que es difícil de desligar de su día a día. Sin embargo, para relajarse y desconectarse de vez en cuando, salir a comer a un buen restaurante, ir a cine o entrenar en el gimnasio son los planes elegidos.

Nunca había trabajado con su papá, pero a lo largo de la vida fueron creando un vínculo que estaba destinado a terminar en sociedad. A los dos les gusta ir a la playa –él es costeño– y tomarse una buena copa de vino. Cualquier plan al aire libre va a ser el elegido.

Estivo, que en italiano quiere decir “veraniego”, bajo la dirección creativa de Carolina ha despegado con fuerza. Los diseños de esta marca colombiana ya han sido reseñado por páginas Web y blogs especializados.