Claves para lograr un rostro iluminado

Revista FUCSIA, 26/12/2013

Imprimirle al cutis un soplo de iluminación es la mejor manera de hacer que este luzca radiante. Te damos 'tips' prácticos para lograrlo.

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Darle luz al rostro es todo un arte que saben muy bien los maquilladores profesionales, pero que podemos aprender a partir de algunas reglas básicas e interpretar poniéndole al asunto un poco de sentido común y aderezándolo con uno que otro truco.

Algunos cosméticos en crema aplicados muy sutilmente resultan ideales para aportar un resplandor tenue. Eso sí, que no sean muy brillantes.

Pero, ¡cuidado! Algunas mujeres se embadurnan los productos y quedan como un ponqué, con la cara cuarteada.

Lo mejor es humedecerse las puntas de los tres dedos de la mitad con el iluminador escogido, y juntarlos con los de la mano contraria para hacerlo menos denso. Date golpecitos en las mejillas, hacia arriba y abajo, luego en la línea del arco ciliar (bajo las cejas), el centro de la quijada, y un último toque en la punta de la nariz.

Evita ponerte crema u otro producto en el puente de la nariz, por lo general cualquier maquillaje hace brillar demasiado esta zona y puede adquirir una apariencia grasosa.

Humedece las puntas de los dedos con el iluminador y date toques sobre la parte más saliente de los pómulos antes de aplicarte el rubor. Esto hace que este se atenúe y que la piel se vea como si estuviese iluminada desde adentro.

Que no todo sea brillo, pues la cara puede quedar saturada. Darle al cutis un acabado mate es casi tan importante como el trabajo de iluminación, porque hace que las áreas maquilladas se realcen. Ponte un ligero toque de polvos traslúcidos en la frente y a los lados de la nariz para crear un rayo definitivo de luz.