¿Sabes cómo lavar tus prendas delicadas?

Hay algo que a las mujeres no se les pasa tan fácilmente por la cabeza cuando están comprando esa prenda soñada que descubrieron en la tienda. Pocas se imaginan cómo harán para lavar esa pieza de neopreno o de piel, que no parecen haber sido creadas para ser lavadas.

Muchas dirán con seguridad que, simplemente, por ser piezas especiales evitan lavarlas, sin saber que esa actitud es un fenómeno que los expertos en el cuidado de las telas han bautizado como “la ansiedad de la primera lavada” (The first wash anxiety). Al respecto, Margarita Bahrikeeton, directora global del Departamento de Investigación y Desarrollo de Cuidado de Telas de P&G, advierte: “La suciedad llama a más suciedad, el mugre que no es eliminado a tiempo será con los días más difícil de remover y, contrario a lo que se cree, no lavar las prendas también daña las fibras”.

Justamente este escaso conocimiento por parte de los consumidores alentó al grupo P&G a realizar, en Milán, el primer congreso sobre cuidado de las telas Future Fabric, en el que la industria de la moda y las compañías de detergentes dialogaron sobre cómo se deben empezar a tratar las telas delicadas. “Este congreso responde a unas serie de variables que sin duda están afectando la moda y la industria textil”, explica Sabine de Chatelier, directora de moda de Première Vision Paris, la feria más grande del mundo en su especialidad, quien asegura que las telas funcionales con activos electrónicos, como aquellas a prueba de agua o de viento, son cada vez más comunes. “Estamos en un momento excitante en el que crear nuevas fibras representa un tremendo campo de juego para la ciencia y eso ha hecho que grandes marcas como Céline, Margiela o Balenciaga empiecen a introducir al mercado de la moda piezas hechas con telas nuevas que, sin embargo, aún no se sabe cómo se deben cuidar”.

Este primer encuentro en Milán tuvo también otras motivaciones. Desde hace unos años, la Unión Europea inició una batalla contra las lavanderías de lavado en seco por sus demostrados efectos nocivos. “Por décadas, cada pieza fina del clóset de una mujer era llevada a la lavandería, la cual no usaba agua, sino un disolvente químico conocido como percloroetileno, que se ofreció popularmente como un lavado en seco. Sin embargo, la evidencia de toxicidad de este químico ha hecho que se prohíba su uso, razón por la que muchos negocios de tintorería fueron cerrados”, explica Gianluca Longo, editor de moda italiano y conductor del foro.

Ante este fenómeno, el grupo P&G, junto con sus marcas líderes en el cuidado de las fibras, Ariel y Downy, ha destinado una división para desarrollar productos que detengan el proceso de envejecimiento y desgaste de las fibras. “Estamos pensando en aquellos que estén comprometidos con tres principios básicos: purificar las fibras, protegerlas sobre todo en su momento más débil, cuando están húmedas, y en el proceso de secado y restauración”, explica Bahrikeeton. De la mano de estos desarrollos, la firma además convocó al reconocido diseñador inglés Giles Deacon para crear una colección entera de piezas complejas, con mucho trabajo a mano y complicados textiles que se puedan lavar. El resultado: piezas bellísimas que es posible cuidar en casa.