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De Italia para el mundo

, 19/6/2011

Juan Carlos Arango es el representante en Colombia de Kartell, la marca italiana que por 60 años ha sido sinónimo de vanguardia en diseño industrial.

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La primera vez que Juan Carlos Arango vio una pieza Kartell fue a los 10 años, en la casa de su abuela en Medellín. Allí tenía un juego de tres mesitas auxiliares de plástico blanco y el ‘Componibili’, un contenedor diseñado por Anna Castelli. Las primeras ya no están en el catálogo de Kartell y el segundo es uno de los artículos más vendidos de la marca. “Nunca me hubiera imaginado que unas décadas después yo la traería a Colombia”, dice.
Pareciera casualidad, pero la marca italiana lo ha seguido toda la vida. Después de ese primer encuentro en su niñez, cuando llegó a Nueva York a estudiar Diseño de Interiores los profesores usaban mucho como referente los artículos como sillas, lámparas y objetos de diseño de Kartell. Luego estudió Espacios Efímeros en Barcelona y viajando por el mundo se dio cuenta de que cada vez que veía un artículo con ese nombre, o entraba a uno de sus almacenes se generaba en él una emoción indescriptible. Tal vez esas sensaciones y la creatividad, el color, el diseño la tecnología y el glamour fueron las que lo impulsaron a traer la marca a Colombia.


Todo empezó hace seis años, cuando Juan Carlos decidió abrir una tienda de diseño en Medellín. “Fue llamada Q Design Store y ahí tuvimos el primer shop in shop de la marca Kartell. Después de varios años decidimos abrir nuestra segunda tienda en el casco antiguo de Cartagena y acabamos de abrir en Bogotá con un Kartell Flag Store”.
Las personas que no saben mucho de diseño industrial y que no están familiarizadas con la marca, deben saber que Kartell fue fundada en Italia en 1949 por un ingeniero químico llamado Giulio Castelli, con la intención de producir objetos de uso cotidiano con características innovadoras. Buscaba crear objetos que expresaran el lenguaje y la atmosfera de la época en la que nacieron, pero que al mismo tiempo fueran modernos y llevaran consigo muchos otros valores y mensajes; Kartell, poco a poco, comenzó a ser parte del paisaje doméstico y se convirtió en una empresa líder en el diseño industrial.
La prestigiosa marca cuenta con la colaboración de reconocidos diseñadores como Philippe Starck, Ron Arad, Ronan y Erwan Bouroullec, entre muchos otros. También cuenta con varios reconocimientos internacionales como nueve Compassi d’Oro y el reconocimiento en el año 2000 como “el mejor museo de empresa” por parte del Museo Guggenheim.
 
‘Juancho’, como lo llama la mayoría de sus amigos, creció rodeado por un sentido especial de la estética y una pasión por los lugares armónicos. De su infancia en Medellín recuerda las tardes en la casa de sus abuelos maternos en el barrio Lalinde y las comidas donde sus abuelos paternos en el Parque Lleras de El Poblado. “También me acuerdo de las fabulosas Navidades en las que el brillo de las luces del árbol, las regalos y los muchos familiares hacían inolvidables estas fechas”.
Hoy en día, es el gerente de Letra 20, una compañía que comercializa varias marcas de objetos y mobiliario de diseño, incluyendo a Kartell. También está involucrado en todos los procesos que una tienda de diseño requiere para la comercialización, las vitrinas, las exhibiciones, los cambios internos y la atención a clientes tanto en la tienda como en el área institucional.

Otra de las tantas cosas por las cuales le gusta Kartell, es por ese vínculo especial que la marca tiene con la moda. Cuenta que Claudio Luti, el dueño, fue el hombre que le dio ese gran impulso a la Casa de moda Versace cuando Gianni Versace vivía. El gusto por la moda es evidente en varios productos Kartell, como la silla ‘Mademoiselle’ con tejidos de Missoni, Dolce & Gabbana y ahora con telas de Moschino.
Amante del estilo de la dolce vita italiana, Juan Carlos afirma que lo esencial para dar con una buena decoración es mantener el estilo propio, porque, en últimas, “lo más bonito es lo que le gusta a cada uno”, concluye.