Historia oficial del amor, nueva novela de Ricardo Silva Romero

Revista FUCSIA , 12/5/2016

El escritor bogotano Ricardo Silva Romero lanzó Historia oficial del amor, una novela autobiográfica en donde no solo retrata a su familia, sino también la historia de Colombia en el siglo XX. Una novela llena de personajes entrañables y luchas políticas que nos habla de la fuerza imparable del amor.

- Foto:

¿De dónde surge la idea de atreverse a contar una historia tan personal y autobiográfica en este último libro?

Quería hacerles una especie de monumento, pero vivo, humano, a mis papás. Sentía que hacía falta reconocerle a mi mamá su coraje: en Colombia las mujeres arrancan la carrera de los 100 metros 100 metros antes, y ella siempre la ha ganado en sus términos y sin ceder a lagarterías y trampas. Por otro lado, creo que se atreve a escribir una novela quien está dispuesto a que semejante trabajo se le tome la vida, quien está investigando lo que sospecha del mundo y de sí mismo. Y escribir algo tan personal lo concentra a uno todavía más, lo obliga a uno a seguir y a seguir.

¿En algún momento sintió pudor o vergüenza de convertir su vida en una novela?

Ni pudor ni vergüenza, pero quizá porque soy inconsciente a la hora de escribir o quizá porque ya lo había hecho en las dos primeras novelas que escribí. Puede significar que acabo de volver a empezar, que estoy revisándome para volver a perderme en la ficción, que es tan cómoda. También puede ser que esté muy orgulloso de mis padres, de mi esposa y de mis hijos, y retratarlos me parezca interesante para los lectores. Y en todo caso, gracias a la ficción pasa todo lo contrario a cuando los amigos lo invitan a uno a ver las insoportables fotos de un paseo: la bendición de la ficción es que elige (una sola trama, un solo mundo, un solo modo de narrarlo) y convierte este libro en el drama de una familia que ha conseguido lidiar con Colombia sin dejarse separar.

¿Cómo fue el proceso de indagar en la historia de su familia para escribir Historia oficial del amor?

Quería que mis hijos supieran quiénes son sus abuelos, quién soy yo, por qué esta casa es como es. Pero quería, claro, que fuera sobre todo una novela que involucrara a cualquiera que la leyera, una investigación que para cualquier lector fuera también una investigación de sí mismo. Curiosamente, la gente que entrevisté, desde la gente de mi familia hasta los historiadores que estuvieron cerca de los hechos, fue sincera y cándida, y todos me abrieron sus álbumes familiares y fueron súper críticos con lo que hemos vivido todos. Y encontré libros y textos de prensa que contradijeron o confirmaron las historias que me contaron.  

En Historia oficial del amor el cine es un elemento que une a la familia y a los amigos, que es el catalizador perfecto para pasar tiempo juntos. ¿Qué lugar ocupa el cine en su vida?

El cine ha sido otro refugio de los colombianos. En Bogotá ha habido más cinéfilos de los que se cree. Y desde cuando llegó el Betamax, que se fue volviendo DVD y Netflix, yo no he tenido excusa para no ver cine a toda hora. Puedo citar, por ejemplo, películas que han abierto o cerrado capítulos de mi vida. Yo no lloro tan fácilmente, apenas lloriqueo por las escenas que me remueven la nostalgia, pero las veces que más he llorado fue cuando las escenas finales de E.T. el extraterrestre y Running on Empty me explicaron lo terribles que pueden ser las despedidas si una relación ha quedado pendiente. Y bueno: cuando en Qué bello es vivir se da esa reivindicación que es lo que quiere lograr Historia oficial del amor.