Kika Vargas, fervor por los volúmenes

Revista FUCSIA, 5/11/2014

La diseñadora Kika Vargas ha moldeado un estilo que celebra las siluetas amplias y ligeras. FUCSIA incursionó en su taller para entender cómo es el proceso creativo detrás de sus colecciones.

Paloma Villamil - Foto:

A simple vista nadie se atrevería a decir que Kika Vargas es una rebelde, pero lo es. ¿O qué otro adjetivo podría calificar acertadamente a una mujer cuya apuesta creativa toma riesgos hacia unas direcciones que solo los valientes podrían asumir?

Basta con acercarse a su showroom para ser testigo de sus creaciones, que han capitalizado unas siluetas oversize en un país en donde las piezas ajustadas que celebran la silueta hiperlatina han sido el mandato. En contravía, ella ha probado los volúmenes, las prendas sueltas, los vuelos amplios, las estructuras que celebran la elegancia sin ceñir el contorno del cuerpo. Pero, además, desafiando una vez más la regla, Kika ha apostado con vehemencia por el color, a pesar de que sus prendas conquistan las grandes capitales caracterizadas por su sobriedad y la devoción por el gris y el negro. Ha hecho que el rosado vibrante, el palo de rosa, los tonos borgoña, los naranjas, se conviertan en sinónimo de lujo, vanguardia y refinamiento.

Lo interesante ha sido ver cómo su insistencia en eso en lo que cree, en eso que la hace una rebelde, y que la distancia de lo sospechado, ha empezado a impactar el gusto de muchas mujeres que la ven como una referencia y que han encontrado en su ropa otra idea de la feminidad. Ella misma se ha convertido en la mejor embajadora de su marca y en la evidencia de que no solo las altas y esbeltas pueden llevar volúmenes y arriesgarse con las siluetas. Ella, delgada, muy menuda y de baja estatura, prueba sobre su cuerpo lo que diseña, porque a diferencia de lo que todo el mundo piensa, es una convencida de que los volúmenes, los vuelos, los largos, les quedan bien a muchos tipos de mujer. “Ha sido difícil, sobre todo porque muchas compradoras son reacias al principio, pero luego, con el tiempo, es muy bello ver cómo mis siluetas las conquistan y se entregan a ojos cerrados a mis creaciones. No importa cuánto tiempo tarde, no estoy dispuesta a transformar la esencia de mi marca por vender más; por el contrario, he obtenido tal beneplácito de la prensa y de la crítica que cada vez tengo más motivos para creer que voy en la dirección acertada y que mi marca se está arraigando fuertemente como una firma con una identidad única en la región”, cuenta la diseñadora.

El proceso creativo de Kika se inicia con un tablero de corcho vacío, que empieza a llenar con fotos de sus viajes, recortes de revistas, páginas de libros que va recolectando para darle forma a un estado de ánimo, a un sentido del color, a una idea de mujer. Luego viene la música: selecciona canciones que traduzcan en un lenguaje inasible como el del sonido ese estado de ánimo, y una vez ese universo de inspiración está delimitado se entrega al dibujo. De la mano de su Galaxy Note 4, esta creadora empieza a darle vida a los diseños de la colecciones que no solo presenta en las plataformas de moda más importantes de Colombia, sino que además viajan a las semanas de la moda de Nueva York y París para conquistar nuevos compradores y mercados, diferentes al asiático, donde su marca ya se consolida. “De los dibujos parte todo, me guían en el momento de seleccionar las telas”, dice Kika Vargas, quien recientemente fue convocada por Samsung Colombia para formar parte del Colectivo Note, una apuesta que celebra a los mejores talentos nacionales.

Cuando obtiene esas piezas que guiarán toda la producción y de entregarse a un trabajo de experimentación que le permita lograr estructuras perfectas, que logren el efecto que ha soñado en su cabeza, la diseñadora se entrega a la otra pulsión que ha marcado su ruta, el trabajo a mano: pedrería bordada, flores recortadas con minucia, telas intervenidas que dan un toque especial a prendas que al final del proceso son dignas de estar en los más excelsos clósets.