Atrapada en la misma edad

Revista FUCSIA, 12/4/2015

Después de dos años de receso, Blake Lively protagoniza la película The age of Adaline, en la que su personaje queda inmortalizado a los 29 años tras sufrir un accidente automovilístico. Una historia fantástica cuyo desenlace es posible gracias a los elementos propios del romance.

foto: productora - Foto:

La literatura ya nos había dado un personaje obsesionado con la juventud. Dorian Gray, el lord indiscutiblemente bello y mordaz de las páginas del libro de Óscar Wilde, encarnó la fantasía de lucir siempre igual al retrato que le pintó un amigo y que le dio la oportunidad de gozar de una vida de excesos y libertinaje sin que tuviera un efecto en su apariencia. Hoy el cine ofrece una historia parecida con The age of Adaline —traducida en Latinoamérica como El secreto de Adaline—, sin duda una propuesta rosa y mucho menos oscura, en la cual una joven nacida en el siglo XX queda atrapada en la misma edad sin siquiera pedirlo, pero que materializa el deseo de cualquier mujer: no envejecer. Sin embargo, la historia comienza cuando ella se ha vuelto una especie de Peter Pan que ha dejado de divertirse.

La cinta es protagonizada por Blake Lively, quien era una de las estrellas de la serie estadounidense Gossip Girl con el papel de Serena van der Woodsen y que se dio a conocer en la gran pantalla por representar, junto con Amber Tamblyn, Alexis Bledel y América Ferrera, el personaje central de The Sisterhood of the Travelling Pants (2005). El drama adolescente que tuvo una segunda parte la proyectó como uno de los rostros más bellos de su generación, ícono de la belleza americana, característica que se complementa con la aceptación de los críticos y con su gusto por la moda. Tan es así, que en cientos de revistas femeninas se ha hablado de su estilo a lo Old Hollywood y ha sido la cara de una línea de bolsos para Chanel y una de perfumes para Gucci.

Ahora Lively, quien había estado dos años ausente para disfrutar tanto de su matrimonio con el actor Ryan Reynolds como de su maternidad, se enfrenta a un papel más maduro, pues mientras su personaje de Adaline Bowman luce físicamente como una mujer de 29 años, su alma en realidad atraviesa los 80. Aunque el equipo de producción dudaba de ella como protagonista y las actrices Natalie Portman y Katherine Heigl rechazaron el papel, la rubia ha sabido afrontar el reto diferenciando su look en cada década vivida, algo que ha sido aclamado a partir del lanzamiento de los diferentes carteles de la película.

El responsable del aspecto de Lively fue el diseñador australiano Angus Strathie, ganador del Oscar por el vestuario de Moulin Rouge, quien desarrolló un guardarropa que simboliza las épocas transcurridas desde 1930 hasta nuestros días. Además contribuyeron los peinados de Anne Carroll y la insistencia de Lively de agregarle un saco cuello tortuga, muy diciente del carácter reservado de su personaje. “La mezcla de estilos se convirtió en el look personal de Adaline. Ella dibuja todo su tiempo en la Tierra y consigue una sensación de seguridad de su armario (…). Queríamos un toque retro en toda su ropa para enfatizar que ella es un alma vieja, y aunque aparece contemporánea y joven, tiene la esencia de alguien que ha estado aquí durante cien años”, dijo Strathie en una entrevista.

El reto no era solamente hablar del tiempo a través de lo que Lively viste, sino también exaltar su belleza atemporal acentuando el hecho de que a pesar de la fortaleza de su personaje, siempre está huyendo, con una sensación de miedo permanente que encarna esa lucha femenina de un mundo gobernado por los hombres. El resultado fueron piezas, en su mayoría de Gucci y de Dior, que llevaban encajes, perlas y lentejuelas, y que se combinaron con maquillaje a base de productos de L’Oreal para reforzar la idea de su fascinación por lo vintage. “Queríamos que Adaline tuviera su propio estilo, así que decidí mantener una gran cantidad de los mismos colores en la paleta a lo largo de las décadas, haciendo ajustes solo para ayudar a contar el periodo, por ejemplo la forma de las cejas y los labios de 1940”, explicó la maquilladora de la película, Mónica Huppert.

La aparición del personaje interpretado por el actor Michiel Huisman (conocido por su papel de Daario Naharis en Game of Thrones) es importante en el curso de la historia, pues le añade romance a la fantasía. Por el afán de guardar su secreto, Adaline ya se ha resignado a una vida solitaria y a romper los corazones de los hombres que estuvieron enamorados de ella, pero la insistencia de él y su cansancio por las despedidas la lleva a replantearse el presente, al estar tan cansada de las despedidas.

“La oportunidad de ver a Blake llevando una película como esta por primera vez es realmente emocionante”, le dijo el joven director norteamericano Lee Toland Krieger a la prensa en el lanzamiento mundial de la cinta. “Poner a Blake, quien luciría preciosa en una bolsa de basura, en la gran ropa de todas estas épocas era una especie de oportunidad única en la vida. En un mundo consumido por la vanidad y la juventud, hay algo muy fresco y hermoso en una historia centrada en la belleza de envejecer. Me gustaría pensar que el amor lo conquista todo, incluso la inmortalidad”.