De libros y sexo: 'Así es como la pierdes' de Junot Díaz

Revista FUCSIA, 15/2/2015

FUCSIA le pidió a tres respetados editores que le recomendaran a nuestras lectoras un libro que abordara el sexo, hablara sobre la sexualidad o se adentrara en el complejísimo universo de las relaciones sentimentales.

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Ese margen de error entre el sexo y el amor.  Por Marcel Ventura
**El gerente de ficción del Grupo Editorial Planeta recomienda 'Así es como la pierdes' de Junot Díaz

Le pregunta que si está enamorado de él y ella le responde que el amor es como los focos intermitentes del pueblo cuando anuncian un apagón: uno se queda sentado esperando la oscuridad, sin saber muy bien qué hacer, solo para confirmar que controlar lo que puede o no ocurrir jamás estará en nuestras manos. La luz no tiene dueño; el amor, tampoco.

Junot Díaz publicó Así es como la pierdes hace más de dos años para darle continuidad a la vida de Yunior, su personaje predilecto desde mitad de los años noventa, un migrante dominicano en Estados Unidos, mujeriego y romántico que va por la vida incendiando colchones y corazones como método práctico para encontrar esa mujer con la cual envejecer. El problema es que nadie es la misma persona a medida que pasa el tiempo; que solo dura la pareja que se adapta a las distintas versiones de cada quien.

Y ahí es donde entran el sexo –que en realidad nunca podría salir de la ecuación–, ese personaje hablando de los apagones, otros personajes y otros incendios que alumbran un libro con nueve relatos interdependientes. Una colección de cuentos, sí, pero hilvanados por la misma condición errática de Yunior desde su juventud. La condición de todos.

Sexo con una profesora mayor. Sexo con una mujer con un culo tan, pero tan grande que ocupa la cuarta dimensión. Sexo con la vecina con la que no debería tener sexo. Sexo con la chica insoportable que solo quiere ir a resorts de esos all inclusive. Sexo con cincuenta mujeres mientras está ennoviado con una mujer que en realidad no es cualquier mujer sino su prometida. Así es como la pierdes es el libro para recordar, desde una mirada masculina, que donde hay sexo indiscriminado lo único que permanece es el fracaso.

Soy de los que piensa que todas las cosas importantes que se deben saber sobre el amor y las relaciones ya las escribió Jane Austen en cada uno de sus libros, básicamente porque es la reina de lo que nunca se concreta, o lo que es lo mismo, de la esperanza que se prolonga indefinidamente. Si en el colegio nos mandaran a leer Austen antes que Cervantes, los hombres estaríamos mejor capacitados para correr maratones emocionales. Así es como la pierdes es, más o menos, un complemento porque enseña a correr sprints sexuales hacia el fracaso del maratón emocional.

Cuando leo a Yunior decir frases como: “Nuestra relación no era el sol, la luna y las estrellas, pero tampoco era una mierda”; “Ahí es cuando sé que se acabó. Tan pronto empiezas a pensar en el comienzo, es el final”; o “Sabes dentro de tu corazón de infiel que a veces todo lo que podemos tener es un comienzo”, me convenzo de que una mujer familiarizada con todas esas ideas tendría una parte del camino muy avanzada en eso que une y separa al sexo y al amor. Porque a veces son lo mismo y otras veces no. Porque la diferencia, más que una búsqueda, es un margen de error.