Especial

De sangre nueva y tradición

, 21/7/2012

Carla Fernández está al frente de la renovación de Tennis, la marca antioqueña que por primera vez en sus 35 años de historia presenta una pasarela en Colombiamoda. La Music and Fashion Nigth está como para no perdérsela.

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Tennis nació hace más de tres décadas como un proyecto para hacer camisetas estilo ‘Polo’, que luego avanzó a la infaltable t-shirt, pero sus directivas decidieron hace siete años dar un giro radical en su propuesta y un gran salto de lo básico a una propuesta de moda, estilo y actitud, enmarcadas dentro de un concepto y espíritu de marca. Detrás de esa aventura esta Carla, hija del fundador Carlos Fernández. Ella desde antes de nacer ya sabía lo qué era Tennis, la entendía y muy seguramente en su inconsciente tenía claro que algún día estaría al frente. Desde niña mostró una gran fascinación por la ropa y el vestuario. Creció en medio de textiles, insumos y prendas terminadas, algo que sin duda influyó en su decisión de estudiar Diseño de Modas. En la Colegiatura Colombiana afiló su ojo, la técnica y las bases teóricas de la creación de moda, porque la esencia ya estaba ahí en su ADN.

En el 2002 Carla se metió de llenó en la empresa familiar que hoy le da empleo a 650 personas y tiene presencia en 32 ciudades de Colombia, así como en Venezuela, Ecuador, Chile, Uruguay, Guatemala y Curazao. Empezó por la base, tratando de entender la marca a través de los almacenes, la producción, el merchandising visual y el mercadeo. Esas pesquisas le tomaron tres años, después de los cuales se involucró directamente en el diseño, ingeniería de producto, pero fue hace sólo cuatro años que tomó las riendas del concepto de marca que la obliga a involucrarse, además de la creación de todo lo que se pone en los puntos de venta, en el montaje de los mismos, el mercadeo, la dirección de producción, la supervisión de la calidad (una de sus obsesiones), pasando por el mínimo detalle de la empresa que es hoy su vida. Ese, como cualquier trabajo creativo o artístico, no es de escritorio.

Una buena parte del año viaja por el mundo viendo qué pasa en sus calles, qué quieren los consumidores de distintas culturas, los colores, texturas, olores, sabores y sensaciones enriquecen su proceso de creación. Londres es su infaltable. Los ojos le brillan cuando habla de esa capital, cosmopolita, viva, radiante y rica, siempre plena de cosas por descubrir. Va, vive, viene y plasma todo eso en cada prenda que sale de su inspiración y de la de su equipo de 14 diseñadoras que, igual que ella, recorren las ferias más importantes del mundo en busca de lo mejor para inyectarle a la marca y lograr que sus consumidores y clientes fieles siempre tengan a mano la última moda del universo jeans wear.

Está convencida de que su trabajo ha dado frutos. Esta rubia, de poco maquillaje y sonrisa tímida, que siempre va vestida de Tennis (incluidos los accesorios, zapatos y cartera), declara, sin asomo de timidez, que su mayor aporte ha sido la incorporación del concepto de colección a la marca: “Tennis siempre fue una marca de básicos, no había colecciones y ahora tenemos 14 al año”, y algo muy sorprendente es que, como agrega Carla, “entre el 15 de noviembre y el 24 de diciembre de cada año entra diariamente un nuevo producto a cada tienda”. Se siente orgullosa de usar las mismas telas, hilos, botones, insumos y lavanderías de marcas que cuestan hasta cinco veces más de los precios que Tennis puede ofrecer. Su competencia es con buenos precios, excelente calidad e información de moda de primera mano. ?Con esa hoja de ruta, Carla, su equipo y su marca están listos para mostrar esa cara fresca el 24 de julio en Medellín, en un escenario que no podía ser más apropiado: dos pasarelas en simultánea al cierre del primer día de la feria. Será un espectáculo al que asistirán 2.200 personas, con un despliegue de luz, sonido y color, que muy seguramente romperá lo tradicional de la costura nacional para dar paso a una fantástica muestra de la moda joven.

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