Esencia britanica

Lejos estaba Julián Dunkerton de pensar que lo que empezó hace 27 años como un experimento entre amigos, al que llamaron Supergroup, se convertiría en una exitosa cadena de ropa “salida de lo convencional”.

Superdry combina a la perfección lo vintage con lo callejero y el diseño gráfico japonés. Esa unión ha hecho que la firma sea reconocida mundialmente por su innovación y modernidad. Prendas para hombre y mujer son elaboradas con materiales de primera calidad que permiten darle a la ropa una apariencia de uso y que son enriquecidos con dibujos hechos a mano, y lo mejor, a precios razonables a pesar de su carga de trabajo manual e infinidad de detalles.

En el 2003, luego de quince años de presencia en el mercado local del Reino Unido, Dunkerton se unió al diseñador James Holder y juntos, tras un inspirador viaje, le dieron forma a la marca tal como hoy se conoce. Rápidamente alcanzó altos índices de reconocimiento y popularidad en Inglaterra, pero no solo allí, pues tal innovación también llamó la atención de los vecinos europeos, lo cual los incitó a traspasar las fronteras. Ese paso lo dieron de la mano de Theo Karpathios, un nuevo y visionario socio que invitó a Julián y a James a soñar. Hoy Superdry se vende en cerca de 85 países de Europa, Asia, Australia y América. Cuenta con 61 tiendas en el Reino Unido, 7 franquicias y 27 aperturas proyectadas en ese país, 3.000 socios comerciales alrededor del mundo y 150 inauguraciones globales para este año. Un ejemplo claro de que el mercado demanda variedad, propuestas innovadoras y ropa alejada de los moldes establecidos. Quienes la ofrecen triunfan.