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Un buen rato de arte e inspiración

, 13/9/2012

Catalina Zuluaga, consultora y estilista de moda, entrevistó en exclusiva para FUCSIA a la siempre llamativa Carine Roitfeld, en Nueva York.

Fotos cortesía Mac Cosmetics - Foto:

La oportunidad de estar con Carine Roitfeld fue, parafraseando a un amigo, “como asistir a una audiencia papal, pero en el mundo de la moda”. No quería que se me escapara ningún detalle, consciente de que, al igual que yo, hay cientos de personas que la admiran. Infinidad de veces he buscado en internet entrevistas suyas para saber acerca de su trabajo y sus opiniones, pues para mí es una de las mujeres más influyentes y poderosas de esta industria, y cuenta con el respaldo de marcas, directivas, compañías, diseñadores y personalidades, que necesitan a la vez de su apoyo porque Carine lidera, va siempre más adelante, hace y deshace, es la más innovadora.

Nos encontramos muy temprano en la Neue Gallery de Nueva York, donde tuvimos la suerte de contar con todo el espacio y una guía exclusiva para nosotras. Cuando entró, acompañada de su asistente, invadió el lugar con su perfume, y me odié por no haberle preguntado cuál era. Llevaba una falda verde a la rodilla, un saco militar, descosido, que podría jurar era de Balmain, una pashmina delgada, estilo militar, y unas sandalias de plataforma verde con taches puntiagudos en la parte de atrás. Siguiendo su estilo, no usaba cartera grande sino un sobre que sostenía entre su brazo y su tronco. Admiramos los hermosos cuadros de Klimt antes de bajar al café de la galería (uno de los sitios favoritos de Carine en Nueva York) para comenzar la entrevista, que ella misma inició:

Carine Roitfeld.
¿Tu chaqueta es Chanel?
Catalina Zuluaga. No, parece Chanel, pero es de Topshop.
C. R. Karl Lagerfeld es increíble, creo que fue el primero en crear una alianza entre las marcas de bajo costo y los diseñadores con firmas de lujo, cuando colaboró con H&M, hace cerca de diez años. Introdujo el lujo a los mercados masivos.
C. Z. ¿Cómo fue ese primer acercamiento de H&M a Karl Lagerfeld?
C. R. Cuando se lo propusieron él ya había pensado en ser el primero en hacer algo así. Preguntó si lo sería y aceptó cuando le dijeron que sí. Gracias a él, muchos diseñadores siguieron sus pasos: Comme des Garçons, Versace, Lanvin, Stella McCartney, Roberto Cavalli, Marni…
C. Z. MAC ha mantenido colaboraciones con Isabella Blow, Beth Ditto, Iris Apfel, entre otras, pero de alguna manera veo innovadora su colaboración…
C. R. Totalmente, pues no soy joven ni tengo una cara hermosa.
C. Z. ¡Es divina!
C. R. Sí, pero no soy la niña hermosa de 20 años. En mi caso es más una cuestión de carácter. La foto no es de rostro sino de cuerpo entero, en blanco y negro. No estoy segura, pero creo que es la primera vez que se hace algo así para una línea de cosméticos.
C. Z. Sí, en realidad se enfocan en el color, texturas, brillo… En su caso es más su look. ¿Cómo lo define usted?
C. R. De pies a cabeza, tu pelo, cómo te lo peinas, cómo te sientes, la ropa que llevas puesta. En este caso la foto refleja mi look. Uso siempre una combinación (slip, en francés) corta de seda debajo de la ropa, la llevo hoy (se levanta el saco y muestra una especie de top muy delicado, de seda). Siempre uso las mismas joyas. En la foto tengo puesto ese slip seda, las joyas que uso religiosamente y el pelo y maquillaje como los suelo llevar.
C. Z. ¿Aceptó la colaboración con MAC porque le permite ser usted misma y, en cierto modo, mantener el control ?
C. R. No lo tenía claro al principio, sabía que el director de arte era una persona muy abierta. Igualmente, que tanto él como el fotógrafo y el equipo entendían perfectamente mi idea de que todo fuera acorde con lo que soy.
C. Z. ¿Por qué propuso a Mario Sorrenti como fotógrafo?
C. R. Porque es un amante de las mujeres y me hace sentir hermosa, estaba segura de él.
C. Z. ¿Estuvo involucrada en el diseño de los empaques, algo clásicos para MAC, que suele usar colores vivos?
C. R. Sí, los quería simples, prima el negro con las iniciales de mi firma, C. R. Para MAC es clásico, ya que siempre hay mucho color, lo de Lady Gaga o Nicki Minaj es muy colorido. Lo mío es clásico, y espero que también exitoso.
C. Z. Y el esmalte, ¿es de la nueva colección?
C. R. Sí, me encanta porque es muy francés. Solamente uso el clásico beige o el rojo y creé solamente estos dos colores.
C. Z. ¿Puede contarnos sobre el kit de cejas?
C. R. Creamos un lápiz para que se vean más pobladas, una peinilla especial, pinzas y otros. Mis cejas son rebeldes, así que vi la necesidad de tener un buen kit.
C. Z. ¿Y para los ojos?
C. R. Diseñé dos kits de sombras, uno para las rubias y otro para las de pelo castaño.
C. Z. Recojo unos papelitos blancos que tienen calcomanías pequeñas en forma de estrella y le pregunto qué son…
C. R. No tengo lunares, así que decidí hacerlos de mentira, en forma de estrella de la suerte. La pintas de negro y te la pones donde te gustaría tener un lunar, en la cara, en el escote, donde quieras. En la foto de la publicidad me la puse debajo del ojo.
C. Z. ¿Al cabo de cuántos años logró un estilo propio?
C. R. Cuando eres joven debes ensayar todo, colores, pintalabios, todo es posible. Es el momento de ver qué te sirve y qué no. Ya mayor, deberías saber qué es lo que te queda o no te queda bien. Es lo que he logrado con el paso del tiempo.
C. Z. ¿Cuál es el secreto de ese Smoky Eyes a lo Carine Roitfeld?
C. R. No soy buena para maquillarme, lo hago con los dedos. Me gusta que este se vea un poco “mal hecho”, no perfecto. No veo bien y me es imposible maquillarme con gafa. Uso lupa para depilarme las cejas.
C. Z. ¿Qué es la feminidad para usted?
C. R. No reside en cómo te vistes o te maquillas. Es todo: las uñas arregladas, moverte de cierta manera, cruzar las piernas, abrir tu cartera de un modo particular.
C. Z. ¿Podría contarme algo que la haga sentir femenina?
C. R. La combinación (slip, en francés). Voy mucho a donde diseñadores que me hacen la ropa. No es cómodo desvestirme enfrente de ellos y me gusta usar esa combinación que me da un sentido de feminidad.
C. Z. ¿Dónde las compra?
C. R. Ésta, aquí en Nueva York. Es de Olatz, la exesposa de Julian Schnabel. En París está Carine Gilson, es mi favorita.
C. Z. ¿Alguna vez quiso hacerse una cirugía plástica?
C. R. Sí, quise operarme la nariz, pero desistí porque mejoró con el tiempo. Hoy agradezco no haberme operado.
C. Z. ¿Qué hace para evitar el envejecimiento de la piel?
C. R. Masajes faciales. Mi favorito es interno. Me masajean la cara por dentro, de la boca hacia fuera. Es como si estuvieras en el dentista, muy doloroso, pero cuando sales te sientes relajada.
C. Z. ¿Cómo defines el estilo de la mujer latina?
C. R. Me gustan los suramericanos porque son generosos, un poco como los italianos. A la mujer le gusta mostrarse más, los colores vivos, las joyas. Pone mayor atención en sí misma, más que una francesa. Las latinas que conozco no usan mucho maquillaje, como Gisele Bündchen, que prescinde del todo de este.
C. Z. Pero a la mujer latina le gusta usar base, sombra, pestañina, rubor y pintalabios, todo a la vez y de una manera más acusada a como lo haría una europea o asiática.
C. R. En Francia llevamos la moda y la belleza en el ADN, están presentes desde que nacemos en los desfiles, la publicidad de perfumes y otros. Las actrices tienen siempre su toque francés, ojos “smoky”, uñas rojas. Pero nos arriesgamos y maquillamos menos en relación con la mujer latina.
C. Z. ¿Cómo ve a Colombia y a los países latinoamericanos en cuanto a la industria de la moda?
C. R. Nunca he estado en Colombia, pero me encantaría ir. Diría que son países emergentes, aunque no me gusta el término. Tienen una rica cultura. Y veo, ahora, que la gente de países como Colombia está más interesada en la ropa, en la moda, es un periodo supremamente emocionante.
C. Z. ¿Su trabajo y experiencia como editora y stylist de Vogue tuvo alguna influencia en la creación de la colección de MAC?
C. R. Me dio más seguridad.
C. Z. ¿Cuál es la diferencia entre la Carine Roitfeld de hace diez años y la de hoy?
C. R. Soy más segura, me tengo mayor confianza. Hay claridad acerca de lo que me gusta y de quién soy. Hace diez años era más tímida. Por otra parte, soy muy curiosa, me encanta conocer gente nueva.
C. Z. ¿Dónde se encuentra la belleza?
C. R. En todas partes, todas las personas tienen algo lindo. Me gustan las curvas de la mujer latina, son hermosas. Lara Stone tenía muchas más curvas de las que tiene una modelo “normal”. Y aunque ha perdido peso y ya no es tan voluptuosa como cuando la descubrí, es una estrella.
C. Z. ¿Qué es lo que más le gusta de la moda?
C. R. A veces pienso que ya no me gusta tanto porque se ha vuelto un negocio, a diferencia de antes, que era una expresión más poética. Pero sí, me encanta la moda, porque basta con ir a los desfiles de Comme des Garçons, Prada o Balenciaga para salir amándola de nuevo.
C. Z. ¿Cuál es su secreto de belleza?
C. R. No tengo. Llevo una vida sana, duermo bien, hago ejercicio, no fumo y tomo mucha agua.
C. Z. ¿Un consejo para las mujeres en cuanto a su ropa?
C. R. No compartirla con nadie; al igual que el maquillaje y los cosméticos, la ropa no se comparte.
C. Z. ¿Cómo surgió el proyecto del libro The Little Black Jacket con Karl Lagerfeld?
C. R. Fue una idea mutua, Karl y yo queríamos divertirnos con la chaqueta negra. Por ser una chaqueta hecha para hombre, fue fácil jugar con ella poniéndosela a hombres y mujeres.

Hubiera querido seguir descubriendo el mundo de Carine Roitfeld, pero debíamos terminar. Le entregué algunos regalos colombianos, entre ellos unos zapatos Lobo.Rosa, empacados en una bolsa tipo mochila. Se detuvo y me dijo: “Esta es otra cosa que amo, siempre me han encantado estas cosas auténticas, voy a usarla en mi próxima historia”. Nos despedimos, y mientras se alejaba soltó una frase que me quedó grabada: “Tienes que empujar el talento de tu país”. Eso haré.