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El Caballero Flamenco

, 22/8/2012

Rafael Amargo representa la evolución de la danza contemporánea. Con varios galardones y tras ser catalogado por la crítica como el mejor intérprete del flamenco moderno, el bailaor habló con FUCSIA a propósito de su espectáculo Suite flamenca, que presenta en Bogotá, 2 y 3 de septiembre, y Medellín, 5 de septiembre.

Cortesía CUBE Comunicaciones. - Foto:

De dimensiones coreográficas

¿Cómo define el flamenco en pleno siglo XXI?
Creo que ha sufrido una evolución muy positiva, porque al entrelazarse con otras disciplinas dancísticas, ha cobrado más riqueza y virtuosismo, aunque quizá se esté perdiendo un poco la pureza, la “jondura”.

¿Cómo es la preparación para un espectáculo de la magnitud del que trae?

Suite flamenca es un recorrido a través de los pasos más significativos para mí de esa danza. La preparación es siempre la misma, sea para el país que sea, ya que tratándose de mi religión y mi arte, que es este baile, siempre es conciso, armonioso y sobre todo un dardo al corazón para que el espectador quede siempre con imágenes en su retina.

Una presentación memorable.

Siempre que un artista se suba a un escenario debe pensar que su presentación va a ser memorable, el alma tiene que estar puesta en el espectáculo para que sea el regalo más bello que el artista puede darle al ser humano.

Una anécdota que le haya sucedido en escena.
Muchísimas, imagínese, son más de veinte años en el escenario; empecé a los 13 y ya tengo 37, pero a mí lo que más me gusta es cuando comparto escenario con figuras como el gran bailarín Rasta Thomas. ¡Él es maravilloso!

¿Qué otros ritmos le gusta escuchar y bailar?

Adoro la música inglesa, la música latina, no soy muy “bailongo”, es decir, si no es por mi trabajo no suelo salir a bailar. Además porque cuando lo he hecho, la gente me mira como si tuviera que saber bailar bien todos los ritmos (risas)... ¡Y me corto mucho!

Un personaje que admire.
A Nelson Mandela, a Chavela Vargas (q.e.p.d.) y, sobre todo, a mi padre, que me dio la vida y me enseñó a amar el arte flamenco.

Una obra que se deba disfrutar antes de morir.
Recuerdo que fue mágico Elsinor, una obra de teatro de Robert Lepage que ya no está en repertorio y que ojalá la reponga porque me encantaría volver a verla, y la danza Medea, del maestro José Granero.

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