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A buena intuición, mejor inversión

Revista Fucsia , 30/11/2011

Hacia los 30, una mujer debe tener una certeza de cómo invertir su dinero con la perspectiva de mantener su estándar de vida a los 60. Claves para hacerlo bien.

Después de los 30 es el momento ideal para que hagas cuentas y fondos monetarios de por vida. (Foto: Thinkstock ) - Foto:

Si eres de esas mujeres afortunadas que, acercándose a los 30, tiene un posgrado y un trabajo estupendo, un buen carro, una vida confortable, la ropa de moda y hasta un iPod; si las millas de sus consumos con tarjeta de crédito se traducen en viajes, si estás pensando en comprar apartamento, tienes seguro de vida y te aprestas a invertir unos pesos de más, aparentemente “estás hecha”.

Pero sólo aparentemente, pues está a 30 ó más años del retiro y tu perspectiva más halagüeña, tu recurso más valioso, es el tiempo. Así, las inversiones que hagas en el plan de pensiones tradicional u otra clase de sistema cuentan con tres décadas para crecer a un interés compuesto, y si el empleador contribuye con parte de estos ahorros la inversión puede acrecentarse aun más.

Ricardo Durán, gerente de Investigaciones Económicas, afirma que “la inversión en una pensión voluntaria es lo primero que debe hacer una persona desde que ingresa a la fuerza laboral, hacia los 25 años. Además, según sean el ingreso y la retención en la fuente, se calcula que 30 por ciento de las entradas de esta persona deben destinarse a fomentar el ahorro”.

Por su parte, María Inés Luna, asesora financiera, señala que “el trabajo de uno consiste en hacer un diagnóstico de cada persona: si ésta tiene o no una mentalidad ahorrativa, si ha pensado en una pensión o está orientada a otro tipo de inversiones más riesgosas, pero en general diría que la pensión es una inversión muy segura a largo plazo, por eso, hay que empezar temprano. En todo caso, hacer un diagnóstico de la situación no es lo mismo a los 25 años que a los 40”.

Una mujer que ya está frisando en los 40 años y no ha ahorrado para pensión tendría que adoptar a partir de esa edad un perfil mucho más arriesgado de inversiones. Y como a medida que pasan los años se asumen menos riesgos, a esa edad es muy posible que una mujer se decida a tener menor rentabilidad, pero mayor tranquilidad. De modo que hay que ingresar temprano a un fondo de pensiones voluntarias.

Para Ricardo Durán, “la educación es una inversión en capital humano, y  en la medida en que el Estado no garantice a todos sus niños y jóvenes la educación someterá al pobre a ser más pobre cada vez. Por eso, una inversión acertada para las personas jóvenes que empiezan a criar es la que hacen en la educación de los hijos desde que estos tienen 4 años, cuando entran al colegio. Ahorrar desde ese momento para pagar, 14 ó 15 años más tarde, la universidad de los hijos, es pensar en que no van a ‘sentir’ el costo final de esta inversión”.

Por su parte, Felipe Sanín, analista de Investigaciones Económicas de Corredores Asociados, dice que “lo ideal es armar un abanico de opciones. En primer término hay que invertir en acciones, bien sea directamente o a través de un fondo de acciones de renta variable (al que se puede entrar con una base de un millón de pesos). En estos fondos que ofrecen los comisionistas de bolsa hay gran variedad de alternativas, y cualquier persona puede acceder a ellas. La comparación que hay que hacer es que una cuenta de ahorros en una entidad bancaria rentó en 2005 2 por ciento, mientras que uno de los fondos más reconocidos del mercado de acciones rentó alrededor de 80 por ciento; claro está que fue un año de rendimiento extraordinario”.