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¿Cuál es el regalo perfecto? (pista: no es el más costoso)

Silvia Camargo, 16/12/2011

Dar regalos es una demostración de afecto. Y todos creemos que mientras más grandes y más costosos sean, serán mas apreciados. Y también pensamos que si nos tomamos más tiempo en escogerlos, el receptor de ese presente va a estar más complacido. Incluso, creemos que las sorpresas son más interesantes a los regalos escogidos por la persona en cuestión.

 

Pero a la luz de nuevas investigaciones, todas estas teorías están erradas. Recientemente el periódico The New York Times reveló una investigación hecha por Francis J. Flynn, un psicólogo organizacional de la Universidad de Stanford que encontró que gastar más tiempo y dinero en un regalo no hace más felices a quienes se los damos. Sus experimentos reflejaron que a la gente no la hace más feliz un regalo costoso que otro más barato. Cuando se les pidió a los participantes escoger el mejor regalo que habían recibido en los últimos años no hubo gran diferencia si éste fue una joya costosa o un libro.

 

Pero la expectativa del que da es mayor cuando ofrece un regalo costoso. Si se regala una joya se espera que el otro quede feliz. Eso sucedió con la gente que regalo un iPod, quienes esperaban más que aquellos que dieron un CD. Al final los que recibieron uno y otro se sintieron igual de agradecidos. 

 

Otro dato revelador es que a la gente no le gusta el regalo sorpresa. La mayoría prefiere dinero en efectivo para comprar lo que necesitan, algo que muchos consideran una ofensa pues es “no pensar en la persona y llegar con una solución facilista”, como me lo dijo una amiga a quien no le parece de muy buen gusto dar sobres con plata como ahora se acostumbra.

 

A la gente también le gusta que le regalen algo que han escogido previamente. Muchos almacenes y tiendas en línea ofrecen ahora el servicio de lista de regalos, en donde el usuario puede escoger productos que quisiera tener y que otros podrían regalarle en una ocasión especial.

 

No se si la ciencia vaya a cambiar las costumbres de regalar. Para mi lo ideal sería que los regalos siguieran siendo una sorpresa. Otra opción es la que propone otro amigo, Nathan, quien dice que hay que seguir haciendo cartas al niño dios para que todos en la familia se enteren de nuestros preferencias.

 

¿Ustedes que prefieren?