Home /

Expertos

/

Artículo

Bajo deseo sexual en Hombres y Mujeres

Luisa Torres, 20/4/2012


En consulta he recibido un número elevado de casos en los que hombres y mujeres se quejan del bajo deseo sexual de sus parejas y se preguntan por qué no quieren tener ningún tipo de encuentro sexual ni erótico con más frecuencia.  Lo más asombroso es que el porcentaje de hombres y mujeres es el mismo. Tanto hombres como mujeres experimentan esta inapetencia sexual. ¿Cuáles son sus causas?

 

El bajo deseo  sexual es un problema que se da con más frecuencia de lo que las parejas quisieran. Provoca sufrimiento y dificultades no solo para los que las sufren directamente sino también para sus parejas. En la mayoría de los casos, ésta inapetencia sexual  no se debe a  una causa orgánica, sino a factores psicológicos y sociales en los que tiene que ver la historia del aprendizaje, la cultura, el autoestima, la postura frente a las relaciones sexuales, etc.  De igual modo, las ideas negativas acerca del sexo, las experiencias dolorosas o de frustración asociadas con la experiencia sexual, parecen tener un claro efecto inhibidor. En ese sentido, el deseo sexual está muy marcado por las emociones y las vivencias de las personas. Por ejemplo, la falta de erección en un hombre, la presión que recibe de su pareja para tener encuentros sexuales o las mismas ideas machistas sobre la sexualidad, pueden ocasionar un bajo deseo sexual. En la mujer ocurre lo mismo. Si la pareja presiona para tener relaciones sexuales, si el coito es doloroso o si hay sensaciones y emociones ambiguas o negativas frente a la sexualidad, su deseo puede inhibirse.

 

Las causas del bajo deseo sexual pueden ser específicas y remotas; la causa inmediata específica sucede cuando la persona siente angustia y crea un mecanismo de defensa para intentar evitar situaciones que inciten al sexo. El deseo sexual es sentido como nocivo, inmoral o peligroso y genera angustia. Para suprimir la angustia, elabora un mecanismo de defensa que le impide sentir o expresar el deseo. Esto puede llegar hasta el punto de no besar a la pareja para “no dar pie” a que suceda algo más que la persona no quiera.

Por lo general, los mecanismos de defensa suelen ser:

 

ü  Negación: se finge la falta de deseo.

ü  Evitación: se esquivan todas las circunstancias que favorezcan la aparición del deseo, como besar a la pareja, acariciarla y abrazarla.

ü  Distracción: se tiene la mente ocupada de forma permanente en cosas que impiden pensar y sentir el deseo, como trabajar hasta tarde o inventar planes para evadir.

 

Las Causas remotas son las originadas en la angustia y pueden ser de tipo físico, psíquico o social. Las causas físicas se deben a factores fisiológicos que impiden un correcto funcionamiento del cerebro, bien sea a nivel neuronal, o químico. Las causas fisiológicas comúnmente asociadas a la disminución del deseo sexual son:

 

ü  La depresión

ü  El estrés grave

ü  Ciertas drogas o fármacos

ü  Ciertas enfermedades crónicas neuroendocrinas y metabólicas como el hipotiroidismo, diabetes, insuficiencia renal y bajo nivel de testosterona.

ü  Todas las patologías que provoquen disfunciones por dolor o trastornos de excitabilidad. Problemas locales en el área genital, enfermedades vasculares, venéreas,  etc.

 

Las Causas psicológicas: cuando las causas físicas han sido descartadas podemos encontrarnos con trastornos del deseo sexual por inhibición psicógena, que son el resultado de la supresión involuntaria e inconsciente del deseo sexual como mecanismo de defensa frente a la angustia, motivada por vivencias pasadas o actuales, preocupación excesiva por complacer a la pareja, la repetición de experiencias sexuales no gratas, presión sexual obsesiva por parte de la pareja, sentimientos de culpa, normas morales prohibitivas, miedo a la intimidad, conflictos de Edipo o conflictos fraternales, etc.

 

Las emociones de miedo, vergüenza o culpa asociadas al deseo sexual, producen angustia. Si las causas psíquicas son de carácter grave o profundo, la disfunción deberá ser tratada con psicoterapia por un psicólogo profesional. Cuando las causas psíquicas son leves y están asociadas a causas sociales, pueden ser abordadas por la orientación y la terapia sexual.

 

Pero la mayoría de las causas psíquicas están asociadas al miedo por el deseo sexual.

Algunas de estas causas pueden ser por miedo al embarazo, miedo al descontrol, miedo a la adicción por el sexo, miedo al compromiso, miedo al fracaso, miedo a daños físicos, miedo al placer, o miedo a una disfunción sexual entre otras.

 

Las Causas sociales son generadas por influencias culturales, como una educación represiva, la influencia de modelos sexuales sociales puritanos, comportamientos de género, etc.
 

Por otro lado, las experiencias sexuales no satisfactorias y vividas sin placer, provocan ausencia o disminución del deseo en las relaciones de pareja, así como la comunicación inadecuada, la  falta de aceptación en las  prácticas sexuales o la utilización de técnicas que producen desagrado, asco o enojo. Asimismo, las relaciones sexuales “sin ganas” simplemente por compromiso o por miedo a perder a la pareja, también influyen considerablemente en la disminución del deseo; pues para que la experiencia de la sexualidad sea placentera y queden ganas de repetir, debe ser deseada y recordada con agrado.

 

Los conflictos de pareja son otras de las causas de la inapetencia sexual, principalmente de las mujeres. La falta de deseo suele ser una respuesta a los problemas afectivos y de convivencia.

 

Así que esta es una buena oportunidad para evaluar el aspecto del deseo en tu relación de pareja y comprender las causas que pueden en algún momento disminuir el apetito sexual.