La locura de permanecer en una relación "porque sí"

Fucsia.co, 30/6/2015

Rutina, aburrimiento, porque tu mamá lo adora, porque no podrías mantener sola el apartamento que compartes con él. Mil y un razones insanas para mantener una relación que ya murió arriba y abajo.

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De las relaciones amorosas se ha hablado hasta el cansancio. Cómo hacer para que duren, cuáles cosas enamoran, cuántas cosas te perjudican, si perdonar o no una infidelidad, etc.

Esa dinámica de estar en pareja parece sobrevalorada en un mundo en el que, siendo sinceros, cada vez nos sentimos más solos, más desconectados y en el que precisamente la fidelidad no es una carta para mostrar.

Mujeres y hombres –sí, ambos por igual- inventan razones para estar en una relación que desde hace rato dio su último respiro.


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Al principio esto sucede por motivos reales como no "perder lo construido, pero después de un tiempo  por rutina, por costumbre o por algún sentimiento que nada tiene que ver con el amor algunos deciden quedarse allí. En ese lugar que no es nada, destinados a no ser más e impidiéndose conocer a otros o pasar los necesarios momentos de soledad.

A veces, la tiranía de pensar que se puede perder a alguien importante, nos impide ver el esqueleto andante que es nuestra relación.

Veamos algunas de esas razones que no deberían justificar tu relación:

1. Es una buena mujer/Es un buen hombre: suena cruel, pero que alguien nunca nos haya hecho daño y sólo por eso permanezcamos en esa relación dice más cosas buenas del otro que de nosotros. Es difícil encontrar personas transparentes y que "no den problemas", pero esa no debería ser la razón para no terminar sobre todo si la química, el alboroto hormonal o incluso pasar tiempo juntos ya no te motivan. Si es tan bueno/buena lo mínimo es enterarse que tu corazón ya no late por él/ella.

2. Comodidad raíz: expliquemos este término. Supongamos que compartes apartamento, que compraron el auto entre los dos, que tienen tiquetes para irse a Francia o al Sudeste Asiático, o peor una mascota tiene su amor dividido entre los dueños. Con la burbuja inmobiliaria por los aires, ninguno de los dos podrá llevar la misma vida en solitario que la llevan juntos, entonces quedémonos como estamos, mantengamos el estrato arriba y las ganas bien abajo. Una buena vida material siempre se va a acabar y a la postre la infelicidad te pasa una cuenta de cobro que se te nota hasta en la cara.


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3. Lo que dirá el círculo social: nueras y yernos queridísimos en casa; cuñados inolvidables y una presión social que no te permite decir ¡No más! La dinámica de una pareja solamente la saben los dos miembros de esta. Si las cosas no funcionan más, tu familia va a apoyar esa decisión por más querido/a que sea tu novio/a. Encontrar en tu círculo social un apoyo en lugar de un obstáculo es la clave para tomar la decisión.

4. No estar solo: la peor razón de todas y al mismo tiempo la más común y la más comprensible. Estar en pareja durante años y de repente no tener con quién ver una serie un domingo en la noche o con quien bailar sin parar toda la noche suena como un panorama horrible, pero del que podemos dar fe tarde o temprano se acabará. Pensar en el tiempo a solas, en los planes para uno, y si no en las nuevas personas que pueden conocer y que le hagan latir el corazón como tambor, es la clave para cortar por lo sano una relación que ya no te aporta.