Una escuela para aprender a besar

Fucsia.co, 9/9/2015

Un buen beso puede no necesariamente involucrar a la boca. Ese mimo íntimo es más importante de lo que pensamos y puede reconectarnos con la intimidad y el buen placer. Una escuela te da razones para no parar de besar.

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Kissing School (La escuela del beso), es una idea original de la psicoterapueta Cherie Byrd, originaria de Seattle. La propuesta inicial fue un libro con el mismo nombre, que luego la llevó a dictar seminarios por todo Estados Unidos. (Lee también Besar es una ciencia)

Según la página de internet de la escuela, Byrd encontraba durante sus terapias que las parejas reducían su mala calificación sexual a los momentos en la cama, sin darse cuenta que en todo el día no se besaban, no se tocaban o ni siquiera se daban un abrazo

"Los efectos acumulativos de un abrazo cuando se va a trabajar en la mañana, un masaje en la espalda de dos minutos cuando te encuentras de nuevo en casa, y un largo beso en el cuello de él mientras lo estás haciendo platos de la cena, suman en la intimidad y el placer.", indicó Byrd al portal Psychology Today.

Según la terapeuta es "fácil olvidar que la intimidad física no es sólo para el dormitorio".


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Sus talleres básicamente se tratan de eso: de besar, besar y besar. Pero no necesariamente con la boca. El contacto de las manos es fundamental, mirarse a los ojos, hacer masajes, etc. Jennifer Haupt, quien participó con su esposo, cuenta en una columna, las 7 cosas que aprendió en el curso. (Lee también 6 misterios sobre los besos que quizás desconoces)

1. Arranque desde abajo hacia arriba: Sus pies están conectados –desde el talón a la punta-. Allí se encuentran diferentes terminaciones nerviosas sensoriales a las que responden diferentes partes del cuerpo. Dar y recibir un masaje de pies de 10 minutos hará que se empiecen a calentar las cosas antes de que sus labios se encuentren.

2. Clavar la mirada: No hay nada más íntimo o que nos haga sentir vulnerables, que el contacto visual sostenido. Trate de sentarse con las piernas cruzadas (como en posición de loto), tocando las rodillas y sosteniendo suavemente las manos. Sostenga la mirada en los ojos del otro durante cinco minutos y verá las chispas entre ustedes comienzan a volar.

3. Un poco de relajación: Un labio superior muy duro no invita mucho a darle beso, y eso se da cuando concentramos el estrés en nuestra boca, así que asegúrense de liberar el estrés del día juntos antes de fruncir. Byrd sugiere que esto podría lograrse acariciando suavemente el ceño de la frente, las mejillas, los ojos de tu pareja o la mandíbula. Luego, trata de extender sus hombros y masajea su espalda. Derretirá de amor.

4. Reduce la velocidad: Tómate el tiempo para realmente sentir la forma de toda la boca de su pareja. Aprecie cada detalle, cada pulgada. Eso la hará sentirse deseada y además, aumentará el calor entre ustedes.


Kissing School o Escuela del beso inició con este libro de Byrd. Foto: Kissingschool.com


5. Respira: "Recuerde respirar profundamente, no avive el fuego sin aire", dice Byrd. Una buena respiración le da resistencia y ritmo.

6. Da del tamaño de lo que obtienes: Según Byrd, la mayoría de las personas tienen dificultades para dar o recibir un largo y lujurioso beso. Las parejas deben rotar sus turnos, practicando lo que es más difícil para cada uno.

7. La práctica hace al maestro: "Si hacemos de dar besos una parte de nuestra vida cotidiana, se convertirá en algo natural y seguirá mejorando" dice Byrd. Por lo tanto, olvidar esos picotazos en la mejilla. Hay que besar con todo, con ganas.