Relaciones

Las estrategias del amor: la opinión de una sicóloga

RevistaFucsia.com, 18/7/2012

Ana Morales es una sicóloga especialista en terapia de pareja y sexualidad. En esta ocasión nos da su opinión sobre lo que las estrategias y tácticas para el amor.

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Fucsia: ¿Es necesaria a veces una muy buena táctica para que se logre el buen funcionamiento de una relación?

Ana Morales: Sí, porque el ser amado puede no darse cuenta inmediatamente que está realmente enamorado. Es necesario un periodo latente para tomar clara conciencia de sus sentimientos. Forzar un poquito las cosas puede hacerlas que avancen.

F: ¿Acaso no es un acto de seducción la táctica en sí?

A.M.: La seducción es una actitud de aprovechamiento por supuesto. Sin embargo, debe ser espontánea y no animada por un cálculo preciso.

F: ¿Cuál es la mejor táctica para conquistar?

A.M.: El humor, sin duda alguna. Este calma las angustias, el dolor y el descontento, los hace menos presentes y hasta puede hacerlos desaparecer. El humor lleva a la felicidad. Suscita una inversión, libera la libido y produce una muestra de deseo.

F: ¿Es verdad que las mejores tácticas son las más cortas?

A.M.: No forzosamente. Conozco una mujer que “manipulo” al hombre que amaba durante un año: ella se fue a vivir sola al extranjero, esperando crear en él un vacío y así hacer que le pidiera matrimonio. Esto nunca se lo confesó. Cuando ella regresó en la fecha prevista, su ex se había dado cuenta de lo solo y vacío que se sentía sin ella, y al mismo tiempo de lo enamorado que estaba. Ahora están casados y felices.

F: ¿Cuáles son los excesos en la táctica de seducción?

A.M.: Cuando la táctica intenta acorralar al otro, cuando uno lo hostiga. Siempre es necesario dejar la posibilidad de pensar, de reflexionar. Las estrategias que tornan de igual manera alrededor de la gran mentira, aquella que va a quedar toda la vida: un pasado que uno construye, actividades profesionales que uno inventa...

F: ¿Cuál sería la peor táctica practicada en el amor?

A.M.: Enojarse ya que comprometes todas las oportunidades de conquistar a otro. Por un lado, porque es regresar al hombre a una situación infantil, es exigirle que obedezca como si una fuera su madre. Y por el otro, porque los disgustos de la mujer ponen al hombre en posición de superioridad. Él se dirá a sí mismo: ‘Frente a mi rechazo, mis reticencias, ellas es excesiva, pasional; soy el más fuerte’.

F: ¿Qué es  lo que puede impedirle en un momento dado a un hombre que se dé cuenta que nos ama?

A.M.: El principio general es que el ser humano no se siente en condiciones de ser un objeto de amor. Esta desvalorización es una consecuencia de prohibiciones que existen en la infancia alrededor de la sexualidad y que pueden desarrollar inconscientemente en el hombre el ‘no sé bien’, ‘es demasiado para mi’. El hombre puede también devaluarse en todas las situaciones de pérdida (duelo, desempleo...).