Casados, ¿los más felices o infelices?
Dos expertos se dieron a la tarea de descubrir si son los solteros o los casados los más satisfechos con la vida. El resultado en Latinoamérica te asombrará.
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En tiempos en que algunas parejas se encuentran realizando cursos prematrimoniales, visitando sitios para la ceremonia, escogiendo el atuendo y revisando cuidadosamente la lista de invitados a la boda, Shawn Grover, analista del Departamento de Finanzas de Canadá y John Helliwell, profesor de la Universidad de British Columbia, encontraron que las personas casadas de África Subsahariana, Latinoamérica y el Caribe, tienen un menor nivel de satisfacción con la vida que aquellos que están solteros.
Esta situación no se presenta en el resto de las regiones analizadas en donde se encontró un resultado contrario (los casados son más felices). Un análisis complementario revisado por los autores indica que este nivel de satisfacción es explicado en buena medida por el nivel de ingresos.
Para llegar a esta conclusión revisaron las encuestas de población del Reino Unido, el panel de Hogares Británicos y el Gallup World Poll y contrastaron la satisfacción auto reportada por las personas con la vida, antes y después del matrimonio. Particularmente, la base de datos del Gallup World Poll tiene 951.713 observaciones recolectadas entre 2005 y 2013 de 11 regiones del mundo, incluidas Latinoamérica, Norteamérica, el Sudeste Asiático, África Subsahariana, Europa Central y del Este, entre otros.
Los analistas señalan que la satisfacción a través de la vida, según este y otros estudios, tiene una forma de “U”; es decir, en la niñez se es más feliz y a medida que avanza la vida adulta esa satisfacción tiende a ser menor y toca fondo entre los cuarenta y cincuenta años, momento en que esta percepción lentamente vuelve a mejorar. En Latinoamérica y África Subsahariana, esta “U” es más pronunciada en las personas casadas, que en el caso de aquellos que están solteros. Es decir, que el apoyo emocional que recibirían los casados no aliviaría totalmente el estrés de la edad media.
A pesar de lo contundente de los hallazgos, estos se deben revisar con atención y contrastar con otras fuentes, dado que existen otras investigaciones que encuentran evidencia contraria en Latinoamérica.
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