Relaciones

No soporto a mi marido

RevistaFucsia.com, 5/1/2012

Cuando hasta el sonido de la respiración del marido resulta fastidioso, es momento de hacer un alto y pensar en qué es específicamente lo que te está molestando, para corregirlo lo antes posible y evitar dañar la relación por falta de una evaluación seria.

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 ‘Ser felices para siempre’, es lo que se supone que debería ocurrir una vez una pareja se ha unido en matrimonio, pero lo cierto es que en algún punto de la convivencia alguno de los dos termina por fastidiarse del otro. Es una reacción natural ante la presión que ejerce el constante contacto con alguien que puede tener hábitos y puntos de vista diferentes. El problema se presenta cuando la incomodidad permanece día tras día, noche tras noche, y no hay salida a comer o evento especial que disminuya esa sensación.

Aunque hoy en día el matrimonio no es una camisa de fuerza y se puede deshacer tan rápido como se efectuó, continúa siendo una elección de vida que implica grandes compromisos y sacrificios de parte y parte para que sea exitoso. Además, si ya te embarcaste en semejante proyecto de vida, pensar en abandonarlo a la primera dificultad no tiene mucho sentido.

Antes de señalar…
No soportar al marido es una situación muy común, la convivencia con otras personas es siempre complicada, no importa la relación que tengan. Antes de empezar una discusión, ten en cuenta que muy probablemente él también está fastidiado de ti, él también tiene cosas que decir y reproches qué hacer, es mejor tomar las cosas con calma y muy racionalmente para llegar a soluciones inteligentes.
Procura ser lo más imparcial posible, haz una lista de pros y contras con respecto a lo que esperabas de ti y lo que esperabas de él durante el matrimonio, también de lo que esperas ahora, para dilucidar qué es lo que te está faltando en la relación.

Para hacer la evaluación de las cosas que te disgustan de tu marido debes tener muy presente que es posible que muchas de sus actitudes estén relacionadas con la actitud que tú misma estás tomando hacia él. Una apreciación madura incluye también una autoevaluación.

También debes darte cuenta si has hecho algo para remediar la situación. Si toma mucho, qué tipo de ayuda le has brindado para que opte por hábitos más saludables; si te molestan sus ronquidos, qué soluciones médicas tradicionales y alternativas has buscado para aminorarlos; si es frío y distante, qué conversaciones le has planteado o qué psicólogos le has propuesto para solucionar este impase.

Por último, ten presente que tú misma elegiste el matrimonio como estilo de vida y no tiene mucho sentido botar por la borda semejante proyecto sin pensarlo seriamente. Reflexiona acerca de los motivos que te llevaron inicialmente a casarte, qué metas te habías planteado, cuáles de ellas has cumplido y qué obstáculos estabas dispuesta a vencer por el amor de tu vida.

Evaluando al cónyuge
Analiza muy cuidadosamente si lo que te molesta corresponde a una etapa pasajera o si se trata de un problema tan profundo e irreconciliable que debes considerar seriamente la separación. Para tal fin ten en cuenta que de la misma manera que ocurre cuando dos personas se enamoran, porque coinciden en proyectos de vida y aspectos que los complementan, ocurre que al pasar el tiempo esas mismas dos personas pueden encontrarse en lugares distintos y al parecer ya no son tan ideales el uno para el otro.

Nadie es ‘monedita de oro’ para caerle bien a todo el mundo, hasta la persona más dulce y cordial puede resultar tediosa para muchos. Todos tenemos momentos de flaqueza, antes de tomar una decisión apresurada plantéate seriamente si estás siendo demasiado dura con él.

Antes de acusar a tu hombre ten en cuenta que te casaste con él aceptando sus imperfecciones aún sabiendo que existían, ya en el matrimonio no te corresponde hacer un gran escándalo por algo que sabías que era parte de su personalidad.