Sexo

¿Qué tipo de 'affair' tienes?

RevistaFucsia.com, 27/5/2013

Ponerle los cachos al conyugue es uno de los más grandes tabús de nuestra era, una peripecia que muchos experimentan pero que pocos saben manejar. A continuación seis tipos de romances ¿Con cuál te identificas?

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El doctor Douglas LaBier, psicoanalista y Director del Centro de Desarrollo Progresivo en Washington, se ha concentrado en tratar a gente de negocios, para lograr un equilibrio entre el desarrollo personal y la cultura del liderazgo positivo. A través de su carrera se ha encontrado con incontables casos de indiscreciones de sus pacientes. LaBier ha tenido a bien clasificarlos en su artículo “Having an affair? There are six different kinds”, para encontrar una manera de manejarlos responsablemente.

“Es cuestión de lujuria”

De acuerdo con el doctor LaBier, la aventura que se basa principalmente en el sexo es el más común, pero también es el que se acaba más rápido. Con frecuencia las personas que tienen este tipo de romances se sienten sexualmente vivas y libres solo con una relación secreta, alejada de cualquier inhibición proveniente del cónyugue.  

“La sensación liberadora y convincente de este tipo de aventura puede ocultar conflictos emocionales”, afirmó LaBier, quien dijo que en la mayoría de casos la persona se siente cómoda con una relación secreta porque, de manera inconsciente, ve en su cónyugue la figura materna o paterna, y ello le impide explorar su sexualidad completamente. La razón por la que estas relaciones son de corta duración es porque, una vez ha pasado el calor de los primeros encuentros, se dan cuenta de que no tienen nada de qué hablar y ello hace perder interés.

“Te voy a demostrar…”

Tener un matrimonio infeliz puede traer diversos inconvenientes, entre ellos permitir una relación donde se ignoran mutuamente, o donde una de las partes tiene actitudes de rechazo o menosprecio hacia el otro, entre otros comportamientos pueden disminuir la autoestima y generar la idea de que teniendo un affair se demostrará a la pareja el valor personal. Hay en este tipo de aventura la noción de venganza hacia la pareja oficial, por no haber prestado el reconocimiento necesario para tener una relación saludable.

De acuerdo con LaBier, la persona subordinada consciente de alguna manera este comportamiento, y es cómplice del mal trato. Esta actitud responde a una necesidad de encontrar una pareja que proporcione el reconocimiento que nunca expresó la figura paterna o materna, según sea el caso; pero ocurre con frecuencia que este tipo de personas eligen compañeros narcisistas, con quienes las relaciones no tienen larga durabilidad.

“Solo en mi cabeza”

Se trata de los amantes que no tienen sexo. Parejas que se encuentran por cuestiones de trabajo o en espacios donde tienen que compartir mucho tiempo juntos y, aunque existe una gran atracción y disfrutan estos espacios, prefieren no ‘alterar’ las relaciones que tienen con sus parejas oficiales, así que prefieren mantenerlo como un amor platónico.

En este tipo de relaciones las personas se llevan la idea de que ‘no están haciendo nada malo’ porque finalmente están diciendo la verdad “estoy con un compañero de trabajo”, “jamás ha pasado nada entre nosotros, ni siquiera un beso”. Pero lo cierto es que en estas situaciones permanecer casto es todo un reto, y encontrar todas estas cosas en común puede tener un gran peso a la hora de reevaluar la relación oficial.

“Todo queda en familia”

Algunos piensan que es más sencillo mantener un romance con una persona de la que nadie sospecharía. En su artículo, LeBier habla del caso de Bill, quien tuvo a bien enrolarse con la hermana de su esposa; después de durar varios años coqueteando, comenzaron una aventura que obviamente terminó en tragedia. Finalmente uno de los esposos se dio cuenta de los emails incriminadores y aquel romance se convirtió en una pesadilla.

Este tipo de affairs suelen ser más complicados. Guardar el secreto viéndose todo el tiempo es todo un reto y las consecuencias para los implicados suelen ser más graves.

“No es un romance propiamente dicho”

En  este caso, uno de los miembros está libre y el otro no. El que está libre tiene la firme creencia de que el otro va a dejar a su pareja oficial tarde o temprano. “He tratado a muchas mujeres que usualmente caen en esta trampa. Realmente creen que sus amantes dejarán a sus esposas. 90% de las veces no pasa –dijo  LeBier– ellas no consideran ese romance como tal sino como una relación”, evaluó el experto.

“Romance de cuerpo y mente”

Según LeBier, este es el más peligroso de los romances. Tiene mucho poder porque es satisfactorio emocional, sexual, intelectual y espiritualmente. “De todos los romances, he encontrado que este tipo es el que más frecuentemente lleva al divorcio; porque se genera la idea de que el nuevo es ‘la pareja perfecta’, sin embargo, es el que genera más daños cuando hay niños involucrados”, concluyó LeBier.