Deseo sexual

Cuando se desaparecen las ganas: consejos para incrementar el deseo sexual (en ellas)

RevistaFucsia.com, 6/12/2011

¿Cada vez que te topas con una cama, en lo único que piensas es en dormir y en ver televisión? ¿Se viene la hora del sexo apasionado y de las ganas es él? Nuestros cambios hormonales se convierten en la peor pesadilla del novio o esposo cuando se reflejan en tu pobre desempeño sexual.

En la mentalidad y el empeño están las ganas. Si es muy difícil, recurre a aceites estimulantes, comida o juegos de rol (Foto: Thinkstock ) - Foto:

La “inapetencia”, o en el más complejo de los casos, la frigidez sexual es un karma que afecta a millones de mujeres que muchas veces no se explican el por qué de este comportamiento si comparan su actividad sexual actual con respecto, por ejemplo, a la de su pareja. Hay amor, hay cariño, hay cercanía física, hay intimidad y hasta experimentos,  pero en ti no parece despertarse el deseo. ¿Es tan grave la situación?

La baja producción de hormonas en determinadas etapas de la vida, el climaterio (tradicionalmente conocido como menopausia), la ingestión desmesurada de alcohol y/o drogas alucinógenas, enfermedades crónicas, poca autoestima u otra serie de conflictos psicológicos, son las razones principales por las que una mujer “no siente nada”.

Que el sexo no se convierta en un deber de pareja sino en la satisfacción completa de tu sexualidad a través de unos prácticos trucos dentro y fuera de la cama.

•    Hazle caso a los alimentos afrodisíacos: Se dice que ciertas comidas y olores activan algunas glándulas y promueven el deseo sexual, además de tener una función eréctil en nuestros órganos sexuales. El borojó, los mariscos, el picante, el vino dulce con canela, la miel, la nuez moscada, la salvia  y los ácidos poseen esta “sexy” cualidad.

•    Terapia hormonal: Consulta un especialista o médico de cabecera para que sea tu guía en este tipo de tratamientos de acuerdo a tu organismo y actividad orgánica. El proceso es de carácter individual y depende de tus necesidades específicas y en ocasiones, va acompañado de un psicólogo guía.

•    Baños con aceites y minerales relajantes: La acción de las sales minerales en tu cuerpo con un baño de agua caliente, no solo elimina el estrés y ayuda a la distensión de los músculos sino que despierta tu libido y sensibiliza tu piel, especialmente las zonas de las yemas de los dedos, pies y abdomen.

•    Tú con tú: Cuando el fantasma de las pocas ganas comienza aparecer de manera constante, no dejes que este fenómeno avance y prueba la estimulación sexual tu misma (masturbación). De esta forma prosigues con la actividad sexual sin que desaparezca totalmente.

•    De compras “sexies”: Vete de shopping y prueba con ropa interior de diferentes estilos, aquellos modelos que siempre te dieron ganas de ponerte pero que dejaste para otra ocasión. La estimulación visual gracias a este tipo de prendas nos da un mejor concepto de nosotras mismas y aviva el deseo.

•    Besos de verdad: Prueba con los besos largos y apasionados y con diversas modalidades que existen al momento de este “húmedo” contacto: beso francés, besos en el cuello, besos en tus partes sensibles del cuerpo, besos duraderos, etc. La clave de un buen beso es su velocidad y cómo lo disfrutas: lento pero explorador, jugueteando con los labios del otro de manera sutil pero pasional. Un beso bien dado propicia más caricias en otras zonas del cuerpo y excita considerablemente a la persona.

•    Los pezones: Una de las áreas erógenas por excelencia. Los músculos que rodean los senos se endurecen cuando hay estimulación en esta zona. Estimula primero las aureolas con suaves pero profundos masajes, luego pasa directamente al pezón haciendo círculos en toda la punta, ayudándote de aceites naturales y con olores dulces, como el de almendras o vainilla. Si estás en pleno acto sexual, experimenta con líquidos comestibles y espesos, como el chocolate, crema batida, arequipe y otros. Cuando estás en esta fase y logras tu cometido, es el momento ideal para que tu pareja te estimule y des rienda suelta a tus deseos.

•    Perder peso: La disminución de grasa en tu cuerpo, fomenta la energía y vitalidad de tu organismo. Está comprobado que bajar unos kilitos no solo incrementa la autoestima y la seguridad, sino que permite mayor movilidad y la producción de endorfinas gracias a la menor cantidad de grasa que habita en el cuerpo.