Columna

"La Mejor versión" por Adolfo Zableh

Fucsia.co, 28/11/2016

"Hay que buscar a quien nos motive a ser la mejor versión de nosotros mismos. Cuando eso pasa, se olvidan las viejas preconcepciones del amor como modo de sufrimiento y desengan~o, y ma´s bien dan ganas de dar, de construir, de ser un equipo". Adolfo Zableh

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HACE POCO conocí a una mujer. En realidad conocí a una pareja, pero me fijé más en ella. La forma en que hablaba, miraba, se movía, todo brillaba. La sonrisa era una cosa aparte. Pocas veces he visto una sonrisa que inspire tanto. No era carcajada ni risa, era más bien una expresión de tranquilidad que invitaba a emularla. Me puse a detallarla, a ver si daba con la gracia, y pronto lo entendí: esa mujer se veía radiante porque su pareja la hacía así.

No sé si soltera o junto a otro hombre sería una infeliz, lo que sí tengo claro es que estar con quien estaba la hacía plena. Y lo mismo aplicaba para él. Había que verlos interactuando, contando historias, coincidiendo o disintiendo para comprender que encajaban perfecto. Quién sabe qué sería de ellos de no haber dado con el otro. Tal vez, de no haber estado juntos ni siquiera me habría fijado en ella, porque estar enamorada la hacía mucho más bonita. Y aunque la vida es mejor de a dos, uno no necesita estar con alguien para ser feliz. Sin embargo, cómo ayuda, en especial cuando se trata de parejas así.

Adolfo Zableh también piensa qulas mujeres de 35 tienen lo suyo averigua por qué lo dice.

Pasa que las mejores parejas, las que uno envidia, son las que se ven como cómplices. Se aman y se comen, claro, pero más que enamorados son amigos. Se comunican montones pero se entienden con muy poco si es necesario, además de que dan por sentado que cada conflicto es para superarlo y no para abandonar.

Por eso hay que buscar a quien nos motive a ser la mejor versión de nosotros mismos. Cuando eso pasa, se olvidan las viejas preconcepciones del amor como modo de sufrimiento y desengaño, y más bien dan ganas de dar, de construir, de ser un equipo. No se trata de perder la identidad y obrar y pensar igual que el otro, sino de mantener la individualidad y convertirse en uno solo cuando la situación lo exige. Yo alguna vez estuve con alguien con quien quise ser mejor persona, mejor pareja, mejor hombre. Al final las cosas no resultaron, pero ese empujón fue tan clave que aún hoy lo agradezco.

En cambio, no vale la pena meterse con quien te invita a competir. Muchas personas parece que se juntaran para hacerse la vida imposible. Algunas hasta tienen hijos juntas, por eso hay tanto subnormal en el mundo. En ese caso es mejor  estar solo porque siempre va a sentar mejor la soltería que una mala relación. También están los enamorados del amor, que buscan magia, misterio y romance todo el tiempo, pero poco se comprometen en una relación estable, de ahí que vayan de un lado a otro buscando esas sensaciones como si fueran una droga. Toman las relaciones como una carrera de cien metros cuando en realidad son una maratón. Esos no aman, esos solo se enamoran. Y enamorarse está bien, pero no alcanza. Amar implica estar con el otro incluso en los días difíciles. Especialmente en los días difíciles.

¿Ya te enteraste cuales son las partes de las mujeres que más gustan a lo hombres? Zableh nos lo cuenta en este artículo

Un día, poco después de terminar con mi pareja, fui a hacer mercado. Me movía entre las góndolas sin alma, como en piloto automático. Compraba cosas no porque las necesitara, sino porque en algo tenía que gastarme la plata. Y aunque ya estaba soltero, compré en abundancia cosas que compran las parejas, como elementos de aseo y carne y granos y verduras frescas. Al llegar a la caja tomé actitud de que ella me esperaba en casa para acomodar las cosas en la despensa. Cuando estábamos juntos, aunque teníamos buen sexo, me encantaba hacer mercado con ella. Querer follar e ir al supermercado, pero preferir lo segundo por encima de lo primero. Si eso no es amar a alguien, entonces no sé de qué estoy hablando.