Columnista

Las mujeres de 35

Por: Adolfo Zableh Durán, 13/6/2016

Tienen los suyo las mujeres de 35 años en adelante. No es que las otras no valgan la pena, sino que pareciera que al llegar a esa edad se convierten en algo para lo que llevaban preparándose desde siempre. Es como una frontera imaginaria, pero real, que no es tan difícil de ver para un hombre que se ha fijado en ellas toda su vida.

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Más allá de que ellas sientan o no ese cambio, después de los 35 parecen más seguras, más interesantes, más decididas, llenas de poder e inteligencia y con mucho menos miedo de pensar y hacer las cosas. Habrá hombres que digan lo contrario; me ha tocado oír a varios decir que a los 35, la mujer cae en picada porque empieza a perder su belleza. Es cierto que el tiempo hace lo suyo con el cuerpo de todos, pero quien afirma eso me parece, además de machista y superficial, inseguro. Muchos prefieren andar con mujeres menores que ellos porque tienen la belleza física intacta y además no representan una amenaza intelectual, profesional y económica. Una amiga se separó de su esposo, que luego se casó con una mujer 20 años menor que él. No tendría nada de raro si ella, mi amiga, no me hubiera contado que su ahora exesposo estaba lleno de mañas, trucos y fórmulas aburridas y predecibles. Mi amiga roza los 40 y ya no traga entero, está en su mejor momento. 

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Entonces, discusiones estéticas a un lado porque, por lo general, una mujer de 35 está entera, y si no lo estuviera no pasaría nada, esa edad es fascinante para meterse con ellas. Y hablo como hombre que, de su madre para abajo, se ha interesado en todo tipo de mujeres, generalmente, aunque no siempre, por sus contemporáneas. Todavía recuerdo las de mi infancia. Un par de vecinas de mi edad a las que les tenía miedo ni idea por qué. Luego, en mi adolescencia, la exnovia de un amigo que me ponía a sudar cuando estaba en el mismo recinto que yo. Ahora que lo pienso, siempre les he tenido miedo a las mujeres, a enamorarme irremediablemente de ellas, a sentirme vulnerable. Cuando has visto a tus amigos y a ti mismo sufrir por amor, puede que se te quiten las ganas de volver a pasar por algo así.

Pero ese no es el punto. El punto es que he visto, andado, salido y enamorado a mujeres de todas las edades y nunca me habían causado tanto interés como ahora. Claro, las de 20 tienen lo suyo. Están floreciendo, son llenas de ímpetu y tienen todo el cuerpo en su puesto, de ahí que medio mundo esté tras ellas. Pero son unas huevas, no por mujeres, sino que a los 20 todo el mundo es una hueva. Hace unos años salí con algunas de esa edad y tuve contacto con un par más, y aunque deseables desde todo punto de vista, tendía a aburrirme. A una de ellas le dije algo que le hubiera podido decir a todas: la edad no es una barrera si el sentimiento es real, pero lo natural es quemar las etapas de la vida juntos, de ahí que no tenga sentido que uno quiera pasar la noche de viernes sobre la mesa de una discoteca, y el otro viendo una película.

Igual pasa con el sexo. Tiene su fascinación tirar con alguien menor, ¡no la para nadie!, pero es que la de 35 no tiene miedo. Al contrario, tiene experiencia, algo que, nuevamente, no es problema para un hombre que no sea machista. Es más bien una ventaja. Y no es que sea menos caliente, es que sabe administrar mejor las ganas. Solo con el tiempo entendemos que ser sexual no es querer estar follando todos los días.

A los 35 una mujer ya se ha formado, y si no, está ahí cerquita. Ha pasado por todo lo bueno y todo lo malo, ha dejado las bobadas con las que la carga la sociedad. También es liberada, y no hablo de liberación sexual, que también, sino de liberación de ideas y actos. Una mujer de 35 puede ser amiga, o novia, o amante, o lo que quiera, todo en plenitud, sin tanto misterio ni tanta culpa. A veces el tiempo juega en su contra, lo que hace que sientan ansiedad. Alguna vez me pasó conocer una de 37 que quería todo ya, y eso me hizo alejarme. No porque tuviera 37, como ella creyó, sino porque el desespero con el que hacía todo terminó por asfixiarme. La calma es una de las características de las mujeres maduras que más me seduce.

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He lanzado al azar lo de los 35 años porque es una edad que se adapta muy bien a la mía. Si hay alguna menor, o mayor, que encaja en todo lo que acabo de decir, que no dude en hacérmelo saber. De golpe de ahí sale algo.

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