Tips para cumplir las fantasías sexuales en pareja

Arnoldo Mutis , 17/2/2015

Dejar volar la imaginación alrededor de candentes deseos eróticos, como lo hacen los protagonistas de 'Cincuenta sombras de Grey', es más sano y normal de lo que parece, aseguran los expertos.

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*Por: Arnoldo Mutis 

Mientras que millones de espectadores de todo el mundo se vuelcan a ver la versión para cine de la trilogía de novelas Cincuenta sombras de Grey, atraídos por su osado contenido erótico, la ciencia no se queda quieta en sus indagaciones sobre uno de los aspectos más polémicos de esta obra que antes de saltar a la pantalla grande fue noticia como el best seller más exitoso de los últimos años. Si algún gancho han tenido tanto la versión literaria como la película es que versan sobre las extravagantes fantasías sexuales de su protagonista, el millonario Christian Grey, quien le lanza el anzuelo a la heroína, Anastasia, para hacer realidad con ella las ideas de sadomasoquismo, sumisión y dominio que han agitado su imaginación por largo tiempo.

Al margen del barullo de la película, lo cierto es que las ensoñaciones lujuriosas no son una particularidad de personajes de ficción, sino que son comunes a todos los seres humanos y uno de los aspectos más importantes en el desarrollo de su libido. Ya en los años cuarenta y cincuenta, un pionero de la sexología, el biólogo Alfred Kinsey, encontró en sus estudios que 84 por ciento de los hombres y 69 por ciento de las mujeres se excitaban al pensar en toda suerte de caricias con el género opuesto. Así mismo, el profesor descubrió que 89 por ciento de ellos y 64 por ciento de ellas acudían a estas imaginaciones al masturbarse.

Ahora, una investigación de la Universidad de Montreal en Quebec, vuelve a ahondar sobre tal manifestación de la mente, que por su carácter a veces estrambótico o transgresor (la imaginación es infinita), suele producir vergüenza y miedo a ser expresada libremente.

Pues bien, los científicos canadienses retaron a 1517 personas adultas, 799 hombres y 718 mujeres, a hablar de sus más recónditas fantasías, para averiguar cuáles son las más comunes, las más extrañas, las que rayan en la enfermedad y las favoritas de cada sexo. El 85,1 por ciento de los voluntarios se definían como heterosexuales, 3,6 como homosexuales y el resto afirmó transitar por ambas vertientes.

El estudio les entregó a los voluntarios un listado de 55 posibles figuraciones como: “he fantaseado con tener sexo con una mujer de senos muy grandes”, “he fantaseado con tener sexo con dos hombres”, “he fantaseado con ver a dos hombres haciendo el amor”, “he fantaseado con masturbar a una persona desconocida”, entre otras. Cada quien debía darle a cada enunciado una calificación de 1 a 7, de acuerdo con el grado de intensidad que este les suscitara, de modo que 1 indicaba un total desinterés; mientras que 7, una predilección muy fuerte. Solo a partir de 3 se calificaba lo propuesto como una fantasía para el interrogado.

Los resultados demostraron que los dos sexos también son muy diferentes a la hora de entregarse a estas ilusiones. Por ejemplo, mientras que 72,5 por ciento de los hombres declaró soñar con tener sexo con una persona desconocida, solo 48,9 por ciento de las mujeres expresaron tal apetito, pues fantasean más con sus parejas.

A propósito de Cincuenta sombras de Grey, cuyo plato fuerte son sus escenas de sumisión, 64,6 por ciento de las mujeres se mostraron más propensas a ser dominadas en la cama, versus 53,3 por ciento de la contraparte. Por otro lado, son más las mujeres que se imaginan tórridos momentos en lugares específicos, al tiempo que ellos son más dados a pensar en ver a alguien desnudo y recibir sexo oral. El estudio mostró que hay fantasías que son exclusivas de la mente masculina, como el sexo anal y ver a la pareja en la cama con otro amante.

No obstante, no faltan los puntos de convergencia. Una fantasía por la que ambos géneros mostraron una inclinación muy parecida fue participar en sesiones de sexo grupal. Pero si algo sorprendió a los científicos fue observar cómo el ansia que más comparten ambos sexos es sentir emociones románticas durante las relaciones íntimas, el cual se pensaría más ligado a la sensibilidad femenina. Si 92 por ciento de ellas votó por ello, 88 por ciento de los hombres hizo lo propio, desvirtuando un poco la creencia de que el sexo masculino es menos proclive a ligar la experiencia física con la emocional.

Los voluntarios pudieron, así mismo, describir en detalle su ensueño sexual favorito si no estaba incluido en la encuesta. ¿El resultado? Ellos tienen una gama más amplia de fantasías que las mujeres y las describen de una manera mucho más vívida.

La investigación exploró una de las incógnitas más delicadas alrededor de este aspecto de la vida sexual, debido a que involucra a la imaginación, no sin razón llamada “la loca de la casa”: ¿Hasta qué punto son normales estos pensamientos? A partir de los tests, los expertos canadienses clasificaron a las fantasías en cuatro categorías: típicas, es decir, frecuentes entre más del 84 por ciento de los encuestados y que incluyen solo cinco: relaciones íntimas con sentimientos románticos y en lugares y atmósferas específicas, recibir sexo oral y sexo con dos mujeres (para los hombres).

Entre las comunes, habituales entre el 50 y el 84 por ciento de los entrevistados, se encuentran tener sexo con amantes más viejos o más jóvenes, o con personas conocidas. Por su lado, las inusuales les encantan a menos del 15,9 por ciento y entre ellas se cuentan la “lluvia dorada”, hacer el amor vestido con ropa del sexo opuesto, tener relaciones con una prostituta o con personas borrachas o drogadas. Por último, las raras, del gusto de menos del 2,3 por ciento, se refieren a sexo con niños y animales.

Pero al presentar su trabajo, sus realizadores advirtieron que hay que tener cuidado al clasificar una fantasía como extraña o desviada, y que “el foco debe ser puesto más en su efecto que en su contenido”. Para el doctor Richard Krueger, profesor de psiquiatría de la Universidad de Columbia y autor de varios libros sobre sexualidad, “muchas fantasías que uno catalogaría como insólitas, pueden ser, de hecho, las favoritas de una notoria porción de individuos. Ello no significa que sean enfermizas, solo que mucha gente las tiene”. Ahora bien, recuerda Christian Joyal, director de la investigación canadiense, “clínicamente, sabemos que una fantasía es patológica cuando induce al dolor o la angustia, involucra parejas que no han dado su consentimiento y se vuelve indispensable para obtener satisfacción”.

Por lo demás, los especialistas proclaman que todos los seres humanos tienen o han tenido al menos una fantasía erótica y que no hay que sentir pena por ellas por muy estrafalarias que parezcan. “Nos mantienen vivos, son una parte crucial de lo que nos hace seres humanos”, explica Meghan Laslocky, historiadora social y autora del libro The Little Book of Heartbreak: Love Gone Wrong Through the Ages.

Otros autores coinciden en los grandes beneficios que reporta a la pareja el compartir y cumplir las fantasías, aunque también recomiendan cautela. “Se llaman así porque raramente colman las expectativas de quien las imagina, de modo que unas están llamadas a hacerse realidad mientras que otras deberán permanecer como deseos impulsivos, como sueños y nada más”, concluye la profesora Laslocky.


TIPS PARA CUMPLIR LAS FANTASÍAS SEXUALES EN PAREJA

La encuesta de la Universidad de Quebec demostró que las mujeres son menos dadas a revelar y hacer realidad sus fantasías por miedo a lo que pensarán de ellas sus amantes. Sin embargo, algo de tacto puede ayudar a dar el salto de la imaginación a los éxtasis en vivo:

1. Explore primero a través de libros e Internet acerca de su fantasía para saber exactamente lo que quiere.

2. Determine si su pareja es la indicada para cumplir su sueño erótico respondiendo a esta pregunta: “¿Sobrevivirá esta relación si él responde negativamente a mis deseos”.

3. Tantee el terreno mostrándole a su pareja ejemplos de su fantasía en libros, películas u otros medios. Pregúntele qué opina al respecto para iniciar una conversación que no la haga sentirse como una pervertida en confesión.

4. Comparta sus anhelos con seguridad, sin calificarlos de raros o decadentes. Ello impulsará a su hombre a abrir su mente.

5. Sea lo más clara posible. Si le apasiona un trío, especifique si quiere a otro hombre o a otra mujer en la cama y así evitará sorpresas funestas.