Litigante, una película para no perderse

FUCSIA.CO, 22/11/2019

Esta es, de lejos, la película que no se pueden perder por estos días. Y no por el simple hecho de ser colombiana, sino porque se trata de una mirada al interior de lo que somos todos.

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Del realizador colombiano Franco Lolli y protagonizada por Carolina Sanín y Leticia Gómez (la madre de Lolli) llega a los cines de Colombia “Litigante”, una película tan real y tan cercana como la vida misma.

 Sin artificios, sin efectos edulcolorantes ni neones que desvíen la atención, ésta es una pieza sólida y conmovedora sin posar de lastimera. Una historia íntima que podría ser la de cualquiera de nosotros.

Una familia que se ve enfrentada a la enfermedad terminal, una profesional en pleno pulso con la institucionalidad, una madre soltera que vuelve a creer en el amor al son de Proyecto Uno. Les pasa a estos fuertes y poderosos personajes femeninos, pero bien podríamos ser todos.

Aprovechando que la cinta se estrenó este 21 de noviembre, conversamos con Leticia Gómez, madre del director Franco Lolli, de quien bien podría decirse que tiene el personaje más fuerte y difícil de interpretar en Litigante:  una madre que se rehúsa a tratar su enfermedad.

Esto fue lo que nos contó.

¿En qué se identifica con el personaje de Leticia y que la separa de este personaje?

En su relación con el padre de sus hijas, Leticia es diametralmente opuesta a mí. Pero como yo es una mujer orgullosa, que quiere mantener su autonomía a toda costa. No quiere depender de nadie, no quiere la lástima de los hijos y de su familia a raíz de su enfermedad... Ambas somos muy necias

El tema de la enfermedad de su personaje llega por una experiencia real..

Franco estaba escribiendo una historia con un tema psicológico de una familia disfuncional, con problemas cotidianos, esa era la película. En ese momento me descubren un cáncer y él comienza a vivir esa situación, porque yo me negaba a realizarme el tratamiento. También me negué a la operación durante más de seis meses. Sé que eso es de una persona ilógica, porque si quería seguir viviendo debía someterme a los expertos. Él quiso incorporar eso al guion, pero no me dijo que yo fuera a hacer un papel tan importante en la película, solo que iba a tener unas cuentas escenas.

Justamente, ¿cuáles fueron las escenas más duras de rodar?

La escena inicial, la de la resonancia magnética cuando me meten en la máquina, fue muy dura porque sufro de claustrofobia. El encierro para mí es mortal. Otra muy difícil fue una en la que tuve que usar un gorro que se utiliza para las quimioterapias supuestamente para que el pelo no se caiga, y que debe permanecer congelado. Aunque en la película no lo estaba tanto, igual recordar esa sensación, me hacía temblar.

En el tráiler podemos ver que usted se sometió a raparse la cabeza para la película…

Franco sabía que para mí esa era la escena más dura, por eso se inventaron que tomáramos champaña mientras tanto. Eso sirvió para distraerme y que lo aceptara con cierto de grado de resignación. Claro está que días antes hubo mucha reticencia, y yo le decía que consiguiera alguna malla de esas que había visto que usan en las películas de Hollywood, que hacen parecer sin pelo a la gente que sí lo tiene. Intenté hasta último momento negociar esto, pero con Franco no se negocia el realismo.

¿Fue muy difícil interpretar su personaje teniendo a Franco como director?

Creo que fue más difícil para Franco, que tenía una tensión especial durante el rodaje porque su esposa, que además trabaja con él, estaba a punto de dar a luz. La inminencia de la llegada de su primer hijo, del no saber si en realidad podía terminar el rodaje antes de ese nacimiento, al mismo tiempo que mi situación anímica, porque la quimio me causó depresión y aquí en la película tenía que revivirla, fueron cosas difíciles para él. Para mí, fue difícil, porque todo rodaje es agotador, pero menos que para él. 

Su actuación ha sido destacada por su autenticidad, ¿qué tanto tiene que ver Franco con este logro?

Muchísimo ¡pero también tiene que ver con nosotros los actores, que lo damos todo en sus rodajes! Franco hace un cine que es intimista, que busca la verdad. A él lo que le interesa es la autenticidad de los sentimientos, que la emoción del actor sea auténtica y le nazca de las entrañas. Por eso desde el primer cortometraje que hizo, los actores que han trabajado con él han ganado varios premios. Es natural que eso pase, creo yo, con todo lo que se esfuerza y con todo el tiempo que pasamos haciendo cada escena (a veces varios días para una sola escena), y sobre todo porque él no soporta ver algo mal actuado.

¿Qué opina del trabajo de Carolina Sanín, de quien también se han hecho comentarios muy elogiosos?

Al ver la película me pareció que hizo un gran papel, con una actuación muy contenida, y sutil. Carolina Sanín en la vida real es una luchadora, como Silvia. Tal vez por eso pudo interpretarla con tanta naturalidad: se le siente la angustia de estar afrontando muchas circunstancias al mismo tiempo y también muestra muy bien la inteligencia y la fuerza de su personaje. Y es muy creíble también la manera cómo se enamora en la película.

Son muy impresionantes las escenas en las que se enfrentan ustedes dos. Tanto ella como usted parecen pasar por muchas emociones.

Todo es acción-reacción en el set, entre los personajes y entre los actores. Carolina es una persona con un temperamento fuerte, y yo también. Entonces al parecerse en eso su personalidad a la mía, es evidente que el choque entre Silvia y Leticia aparece casi de manera espontánea. Me era fácil enfrentarme a ella en esos diálogos tan duros porque  tenemos temperamentos que a veces pueden ser explosivos. Creo que por eso las escenas de pelea entre ambas son tan interesantes.

Actualmente en salas de cine de todo el país. ¡No dejen de verla!