Amante biográfica

Sin secretos
¿Qué es lo más fascinante de la vida de Dora Maar?
Su multiplicidad de vidas: pasó de ser una niña burguesa en Argentina a una activista de extrema izquierda y gran fotógrafa en el París de los años treinta. Luego se enamoró perdidamente de Picasso y fue su musa y amante entre 1936 y 1943. Más tarde soportó el abandono del artista, pero lo más fascinante es lo inteligente y culta que era, además de su rara belleza.

¿Qué es lo que más recuerda de sus conversaciones telefónicas con ella en 1994?
Lo primero que me impactó fue su voz gutural y bien timbrada, elegante y aristocrática. Luego su gran altura humana, pues no criticó directamente a Picasso, que no tuvo ninguna piedad con ella. Eso sí, muy diplomáticamente, me dijo de él que “era muy hombre y muy detentador de sus derechos”; una manera sutil de sugerir que era machista.
¿Cuál fue el mayor legado de una de las musas de Picasso en la historia?
Alrededor de dos mil fotografías que ella realizó, en donde capta con mano maestra la “inquietante extrañeza” de la vida cotidiana, en clave surrealista, o la visión de los pobres y desheredados de la sociedad.

¿Qué está leyendo?
Estoy leyendo varios libros a la vez, como siempre. Le maître des âmes, de Irène Némirosky, la biografía de Gertrude Stein, de Nadine Satiat y los Cuentos de Eudora Welty.
Un libro que la emocione.
Casi todos los buenos libros me emocionan. Recuerdo Los Buddenbrook de Thomas Mann, y las buenas biografías que me apasionan como Utopia Parkway de Deborah Solomon, sobre la vida del artista Joseph Cornell, o la Autobiografía de Carl Jung.
El mejor lugar para leer.
Mi cama o un buen sofá, pero me gusta tanto leer que leo en la playa, el tren,
el avión...