La violencia sexual en la India no se detiene

La lucha contra la violencia de género sigue siendo una tarea pendiente en la India. En dos semanas, cinco mujeres han aparecido violadas y ahorcadas en el país asiático, lo que evidencia el grave problema que asola a la sociedad india y, especialmente, a sus féminas. Una situación atroz a la que el gobierno no es capaz de hacer frente, a pesar de sus constantes alusiones a la necesidad de acabar con esta lacra. "Respetar y proteger a las mujeres debe ser una prioridad para los 1.250 millones de personas de este país", aseguraba recientemente el nuevo primer ministro, Naendra Modi, en una comparecencia desde el Parlamento. 

El primer caso que desató una ola de indignación debido a su brutalidad fue el de dos adolescentes de apenas 14 y 15 años pertenecientes a la casta dalits, la más baja de la India, que aparecieron violadas por varios hombres y colgadas de un árbol en el estado de Utta Pradesh después de abandonar su casa para ir a un campo cercano a orinar, pues su hogar carecía de la infraestructura sanitaria pertinente. Hasta el momento, cinco personas están arrestadas por el crimen, entre ellos dos policías. 

A pesar de los anuncios del jefe de Gobierno de Utta Pradesh, Akhilesh Yadav, sobre la creación de un tribunal especial para castigar a los culpables (todavía faltan por identificar dos implicados más), esa misma semana, otra menor era encontrada ahorcada y ultrajada en el mismo estado.

Y, mientras el nuevo primer ministro indio se estrenaba en la Cámara Baja, autoridades policiales en el norte del país encontraban el cuerpo de otra mujer, esta vez de 45 años, colgado de un árbol. También con signos de violación.

La quinta víctima mortal, fallecida en las mismas condiciones que sus antecesoras, aparecía de nuevo en el estado de Uttar Padresh. Tenía solo 16 años, y, según los medios locales, desapareció de su casa mientras su familia atendía una boda. 

La India vive una auténtica epidemia en lo que se refiere a la perpetuación de la violencia sexual contra sus mujeres. Cuando se va a cumplir dos años del brutal asesinato de Nirbhaya, la joven universitaria violada y torturada por seis hombres en Nueva Delhi que permitió visibilizar la situación de desamparo y vulnerabilidad a la que están sujetas las mujeres en el país asiático por el simple hecho de serlo (Lee el artículo La India unida recuerda a Nirbhaya), la sociedad india sigue demandando justicia para este tipo de crímenes ante un gobierno superado por las circunstancias y, por qué no, la atrocidad de parte de su población masculina.