"Persiste el estigma sobre las mujeres abusadas, no sobre los abusadores"

Fucsia.co, 2/3/2015

La representante de Naciones Unidas sobre Violencia Sexual en los Conflictos, Zainab Hawa Bangura, llegó a Colombia para evidenciar el abuso contra las niñas y mujeres en el conflicto. Las afectadas piden reconocer este delito y garantizar un punto final.

Foto: ONU - Foto:

“Una sociedad que no respeta a sus mujeres no puede protegerlas en tiempos de conflicto”. Con esta frase respondió Zainab Hawa Bangura, representante de Naciones Unidas sobre Violencia Sexual en los Conflictos, a las preguntas de Fucsia.co en una rueda de prensa con la que ha cerrado su visita de cuatro días a Colombia.

El propósito de su estancia en el país responde a la necesidad de entender mejor las circunstancias en las que se perpetúa este “devastador crimen” en el contexto del conflicto. Más ahora que el gobierno y las FARC están sumidos en unas conversaciones de paz que “necesariamente deberán abordar de manera explícita este tema y los asuntos de género”.

Para la activista sierraleonesa que accedió al cargo hace tres años, el compromiso de las instituciones para erradicar la violencia sexual es firme y el avance jurídico a este respecto, evidente. Ejemplo de ello es la Ley 1719 de 2014 con la que, por un lado, se garantiza el acceso de este tipo de víctimas a la justicia y, por otro, se identifica este tipo de delitos como crímenes contra la humanidad. Sin embargo, la preocupación de Bangura, como ella misma ha recalcado, es la implementación de la teoría a la práctica. “Se requiere todavía invertir esfuerzos para superar el problema. El principal desafío es convertir esta clara resolución en soluciones tangibles para las comunidades donde estos crímenes siguen ocurriendo”.

Como sucede en el Chocó, región a la que viajó la representante durante su visita para reunirse con líderes y sobrevivientes de violencia sexual. “Todas las niñas y las mujeres me trasladaron un mensaje común: que los crímenes que han sido cometidos contra ellas sean reconocidos por todas las partes involucradas en el conflicto y la garantía de la no repetición”.

A este respecto, Bangura considera imprescindible que se llegue a un compromiso conjunto de todos los bandos implicados en el conflicto interno de Colombia y que estos reclamos sean tomados en consideración en el proceso de paz que se desarrolla en La Habana. Para ello, resulta imprescindible terminar con la cultura del silencio y la estigmatización que define la vida de las  mujeres sobrevivientes de estos delitos. “El estigma de la violencia sexual debe ser redireccionado de las víctimas a los perpetradores”, que, por otro lado, “deberán rendir cuentas por sus crímenes. No debería haber amnistía para personas que han cometido grandes violaciones de derechos”.

La relación entre violencia sexual y pobreza es otro de los aspectos en los que ha incidido la representante tras su paso por las regiones.  De ahí la importancia de que estas mujeres cuenten con “oportunidades de emprendimiento y medios de subsistencia para ellas y sus familias, para ser capaces de sobreponerse a los estragos vividos y recuperar su dignidad”.

Bangura aseguró a Fucsia.co que la violencia sexual no es un asunto cultural, por lo que no se puede entender su perpetuación en Colombia desde ese prisma. “No conozco una cultura en la que los padres quieran que sus hijas sean violadas; en la que los esposos quieran ver a sus esposas violadas”. Si en cambio, por el pensamiento de "algunos hombres -pocos-, que consideran que a las mujeres se las debe castigar. Así, la forma de infligir mayor dolor a la otra parte de la contienda es a través de deshumanizar y degradar a sus mujeres, a sus niñas y niños por medio de la violación", asegura.