«Decir "no puedo" nunca será una opción»: Mónica Puig

Fucsia.co, 8/4/2015

Con tan solo 21 años, ya ha logrado ser catalogada como la tenista más importante de Latinoamérica. Esta es la historia detrás de una puertorriqueña que sueña con ser la mejor del mundo en este deporte.

Foto tomada de la fan page oficial de Mónica Puig.

Tenía seis años cuando recibió un regalo que le cambió la vida. Se trataba de una raqueta, de la cual, asegura, se enamoró perdidamente.

Lo que empezó como un hobby, se convirtió, con el paso del tiempo, en un sueño al que no estaba dispuesta a renunciar.

Tras diez años de arduos entrenamientos, ganó el Oro en la modalidad individual y el Bronce en dobles, con Alexis Llompart, en los Juegos Centroamericanos Mayagüez 2010. “Desde ahí no he mirado para atrás”, contó a Fucsia.co.

Este camino le ha valido, además de grandes satisfacciones, un sinnúmero de sacrificios. El que más le ha costado es reemplazar la calidez de su hogar por frías habitaciones de hoteles, para viajar a torneos alrededor del mundo. “Han sido cuatro años lejos de mi hogar y de mi familia, pero son cosas que tengo que hacer para llegar a donde quiero”, afirma.







      Foto tomada de la fan page de Facebook de Mónica Puig.



Asimismo, dice que otro de los grandes sacrificios que ha tenido que hacer es tener que luchar con su debilidad por los postres y optar por opciones más saludables, que hagan que su cuerpo de todo de sí en los entrenamientos. Sin embargo, de vez en cuando cede a una de sus tentaciones; pues dice que su idea tampoco es privarse por completo de lo que le encanta comer.

Sus días transcurren entre entrenamientos, fisioterapias y, al final de estos, una buena maratón de series de televisión; mientras, como asegura, “se bota en la cama” a relajarse.

Al tener sangre caribeña, es amante de la playa. Y cuando puede aprovecha para dar un paseo, mientras escucha el sonido de las olas. Y si es con sus amigos, mucho mejor.


      Foto tomada de la fan page de Facebook de Mónica Puig.

No obstante, convertirse una de las tenistas más reconocidas en Latinoamérica no ha sido fácil. La puertorriqueña cuenta que han sido varias las noches en las que, llorando en un cuarto de hotel y extrañando a su familia, ha deseado dejar el tenis. Pero, cuenta, son esos momentos en los que respira profundo y vuelve a empezar.

Mónica quiere continuar jugando hasta que pueda cumplir su mayor sueño: levantar una copa de Grand Slam, el torneo más importante de tenis en el mundo. Mientras tanto, seguirá despertándose cada día, motivada por el deporte que le cambió la vida y que , más que su trabajo es su pasión.

“Nunca hay que dejar los sueños atrás; solo se debe trabajar para lograrlos”, afirma. Para ella, decir “no puedo” jamás será una opción.


Revista Fucsia