Aida Furmanski
tiene poco tiempo por estos días. Como lo confiesa, está “más ocupada
que nunca” desde que renunció a su proyecto de años, la Platería Galena
(1989) porque sintió que era el momento de devolverle algo al país
trabajando en un campo que ella conoce profundamente: el de las
artesanías.
“Empecé a elaborar piezas de plata y creé mi propia
empresa, que abrió nuevos caminos internacionales apostándole al
resurgimiento de la artesanía nacional. Ese vínculo estrecho entre
piedras y materiales preciosos, trabajados a partir de técnicas y
saberes ancestrales, me hizo descubrir que era urgente darle a la
artesanía un valor diferente, pues estábamos desconociendo verdaderas
obras de arte”, cuenta Aida, sentada en una bella silla tallada en
madera, uno de los cientos de objetos que hacen alarde de la diversidad
de técnicas empleadas en su elaboración, dentro de la tienda de
Artesanías de Colombia.
Verla allí sentada, entre esa madera que
devela en sus vetas el gesto de unas manos creadoras, rodeada de objetos
coloridos y rigurosos en su técnica, es aprehender por unos minutos la
historia de su vida. “No fue fácil trabajar en un campo tan olvidado por
sucesivos gobiernos. Además, cuando empecé era muy difícil coordinar
las entregas con los artesanos, todo era muy informal y disperso. Por
eso, es muy gratificante ver ahora cómo Artesanías de Colombia, en sus
50 años, ha logrado crear un sector fuerte”.
Pasar de ser la
dueña absoluta de su tiempo a entregarle de manera incondicional todas
sus horas a una institución le ha representado grandes sacrificios, pero
ella ve esta oportunidad como un momento emocionante y vibrante en el
que está comprometida con una causa mayor. “La familia, siempre lo
primero y en realidad lo único que tenemos, entiende que las ausencias
se dan porque se ha asumido un compromiso trascendental que hay que
cumplir”, asegura esta empresaria que desde pequeña se mostró reacia a
encajar en los ideales hogareños que encasillaban a las mujeres de su
generación.
Ese ímpetu y emprendimiento, que siempre ha estado
acompañado de la calidez de sus maneras y que la caracterizó en su
juventud, es el mismo que le ha permitido cumplir con una de sus grandes
metas dentro de la institución que dirige: cubrir el país en su
totalidad con laboratorios de diseño, consiguiendo que para el año 2015
haya 32 centros distribuidos en todos los departamentos.
Recientemente,
Colombia se convirtió en el país de América Latina con el mayor número
de denominaciones de origen en el sector artesanal, pero el camino, en
realidad, apenas comienza, falta mucho para que los artesanos sean cada
vez más independientes y puedan gestionar negocios propios que mejoren
su calidad de vida. Sin embargo, con el lema que siempre la ha alentado,
el de no afanarse por conseguir el éxito, ser constante y abordar los
asuntos con cabeza fría, sabe que la artesanía se consolidará como el
mejor lugar para relatar la historia de este país.