4. Empieza a ejecutar acciones para avanzar sobre aquello que tienes pausado. ¿Sabes qué es procastinar? El arte de darle espera a tus acciones. Muchos son procastinadores por pereza, otros por miedo. A veces no avanzas en tus proyectos por el temor interno de que no eres lo suficientemente capaz para terminar esa labor. Para dejar a un lado esa procastinación puedes empezar por darte cuenta de lo que haces bien, levantarte temprano para activar tu energía, hacer una lista de cosas que necesitas para realizar tu objetivo, -empieza por objetivos pequeños-, establece una fecha propia de vencimiento…y sí, desconéctate de las redes sociales y empieza a trabajar.
5. Disfruta de los pequeños momentos. No hablamos de nada elaborado como vacaciones en la playa, sino en que soborees con gusto una buena comida, escuches tu música favorita y te reúnas de nuevo con tus amigos.
6. Da prioridades y deja a un lado lo que te hace perder el tiempo: ver mucha tv, o dormir siempre hasta tarde. Ya que no puedes hacer todo a la vez, elije qué hacer primero y disfruta y aprovecha tu valioso tiempo
7. No tengas muchas expectativas sobre alguien. Es cierto que hay que tener esperanzas, deseos y sueños, pero a veces esperamos mucho de personas y situaciones en particular. La decisión correcta es dar lo mejor de ti, pero dejar de esperar mucho de los demás, porque de la única persona sobre la que tienes control es sobre ti misma, mientras los otros cambian y cometen errores.
8. Busca momentos de silencio para ti, porque esto te ayudará a ver mejor las cosas. Además, procura hacer una cosa a la vez, eso del multitask nos afecta al nivel de hacernos dispersos, olvidar y tener descuidos.
9. No olvides meditar, orar o buscar esos momentos para conectarte con tu espiritualidad, pues te permitirá estar fortalecida para las actividades diarias.
10. Si sientes que estás muy estresado, procura crear un ambiente tranquilo. Por ejemplo, usa velas o algún aromatizante que cree un espacio acogedor. Toma algún té o agua aromática, escucha música que te agrade. Ya sabes que la música clásica equilibra tus emociones. Además, puedes tomar un masaje, pedir un buen abrazo o ver una comedia que te haga reír.