cólera

La vida en los tiempos del cólera

31/8/2011

Cómo aprender a manejar los episodios de cólera que se presentan a diario y cómo evitar que se hagan cada vez más frecuentes.

Foto: Thinkstock

Por RevistaFucsia.com
 
Las vías obstruidas, el estilo caótico que tienen algunos al conducir, andar siempre corriendo, los días de lluvia que nos obligan a tener los pies mojados durante horas, la ineficiencia ajena, la impotencia propia; todas esas situaciones catalizan la sensación de estrés que nos invade a diario. ¿Estamos condenados a sufrir los síntomas de la ira y el estrés, como si fuese una enfermedad?

El estrés, la ansiedad, la cólera y la hostilidad son reacciones emocionales primarias y naturales, producto de la evaluación cognitiva de amenaza. No se trata de patologías, sino de respuestas necesarias para la supervivencia.

“El estrés constituye una parte integral de la textura natural de la vida. Este puede ser definido como un proceso que incluye interacciones entre el individuo y su medio ambiente, durante el cual los estresores están íntimamente conectados con reacciones emocionales de los individuos que así lo perciben. En este sentido, el afrontamiento al estrés es un requisito básico dentro de la experiencia humana, en el cual la cólera o rabia tiene un rol central y se presente como una forma emotiva de reacción frente a la percepción de amenaza originada por la situación de estrés”, afirma Manolete Moscoso, psicólogo especializado en ira y estrés en su estudio sobre la expresión y supresión de la cólera.

Aunque sea una reacción natural, no quiere decir que debamos incentivarlos o permitir que se hagan más frecuentes dejando que cada situación nos genere indisposición. Una vez se ha detectado una cierta irritabilidad excesiva o las personas alrededor afirman que siempre andamos de mal humor o quejándonos de todo, es importante prestar atención al tipo de reacciones que tenemos frente a situaciones tensas.

Tácticas para controlar la ira
De acuerdo con Carebridge Corporation, una institución norteamericana especializada en proveer asistencia psicológica para afrontar los retos de la vida, existen ocho pautas para manejar la ira, son:
1. Tomar un respiro: aunque suene simplista, el contar hasta diez y salir del cuarto ayuda a restaurar la paz. Cálmate respirando profundamente y con pensamientos positivos sobre ti misma.
2. Usa técnicas de relajación: respira profunda y rítmicamente mientras relajas tus músculos, un grupo cada vez, y visualizando una escena placentera.
3. Repite declaraciones que te calmen: frases reiteradas positivas dichas a ti misma como: “mantén la calma”, “estoy enojada, pero lo puedo controlar, o “no debo dejar que esto me moleste”.
4. Haz ejercicio aeróbicos: sal a caminar o a andar en bicicleta. Juega basketball o levanta pesas, para liberar la tensión acumulada.
5. Usa el humor para liberar la tensión: piensa en una historia o chiste jocoso. Imagínate a ti o a la persona con la que estás indispuesta en un una situación ridícula.
6. Mantén un diario de iras: identifica los tipos de situaciones que provocan tu ira y registra tus reacciones.
7. Habla con un amigo o con tu esposo, médico o terapeuta. El ser capaz de hablar sobre tus frustraciones puede ayudarlo a desactivar tu ira. El decir ‘estoy furiosa’ o ‘estoy tan enojado que podría…’, te ayudará. No esperes que tu interlocutor resuelva tu problema, pero considérate con suerte de tener alguien que te permita desfogar.
8. Perdona a la otra persona: reconoce que no es realista esperar que todos se comporten de la misma manera que tu deseas. Visualiza deshacerte de la ira e imagina que en ti existen sentimientos de quietud y calma.