Tiene 59 años, es viuda y heredera de la fortuna de John T. Walton - hijo del fundador de la cadena más reconocida de supermercados en Estados Unidos, Wal-Mart, Sam Walton- y ha sido catalogada como la mujer más rica del planeta, superando a Liliane Bettencourt, hija del fundador de la firma de cosméticos L’Oreal.
De los 172 nombres femeninos, la norteamericana ocupa, por cuarto año consecutivo, un lugar en el exclusivo top. Posterior a la muerte de su esposo en 2005, tras sufrir un trágico accidente en el avión deportivo que él mismo había fabricado, Christy se convirtió en heredera de la mayor parte de los bienes del fallecido, con 27 mil millones de dólares en su cuenta. Gracias a esto fue, casi ipso facto, incluida en la lista de Forbes, como la mujer más rica del mundo, la decimo primer fortuna del planeta y, como si fuera poco, la cuarta persona con más dinero de Estados Unidos.
Sin embargo, y a propósito del caso de Christy, se ha puesto en tela de juicio si las mujeres que hacen parte de la lista han alcanzado sus lugares por mérito propio o debido a herencias familiares o matrimoniales; pues, aunque en 2014 aumentó en un 10% el porcentaje de féminas que hacen parte del listado, con respecto al año anterior, en su mayoría, se debe al favor de terceros.
Pero, contrario a lo que se piensa, ella prefiere tener un perfil bajo. Lleva una vida tranquila en Jackson, en el estado Wyoming (Estados Unidos), alejada de los medios de comunicación y dedicada a la filantropía, que ella misma define como su pasión, lo que le ha valido para convertirse en parte de una importante organización, denominada
The Philanthropy Roundtable. Asimismo, ha sido reconocida por sus donaciones a causas culturales, entre las que se encuentran las que realiza con frecuencia a la Sociedad de Zoológicos de San Diego y al Museo Internacional Mingei.
Es por esta razón que su hijo Lukas, de 27 años, se encuentra a cargo de la empresa familiar,
True North Venture Partners, en Chicago, tras obtener en 2010 su título profesional en Negocios Sustentables, de Colorado College.
¿Fortunas hechas a pulso?
Aunque la fortuna de mujeres como Christy Walton y Liliane Bettencourt, heredera del creador de L’Oreal, Eugène Schueller, se ha asociado tan solo al producto de multimillonarias herencias, hay otras quienes han usado su éxito profesional para marcar la diferencia.
Se trata de
Sara Blakely (1 billón de dólares), fundadora de Spanx, empresa de ropa interior y medias moldeadoras, que además de haberse convertido en la mujer más joven en acceder al listado, tiene a su compañía valorada en 1000 millones de dólares, según cifras de Forbes.
Entre otros casos se encuentran el de la famosa presentadora de televisión,
Oprah Winfrey (2,9 billones de dólares) y la directora operativa de Facebook y miembro del consejo de Walt Disney Corporation,
Sheryl Sandberg (1,05 billones de dólares), quien, también es reconocida por luchar contra la desigualdad de géneros en el ámbito laboral, gracias a su participación en la fundación
Lean In.