Quienes permiten que otro les manipule son llamados “cuidadores emocionales” o, en inglés,
emotional caretakers. “El cuidador se remite a los deseos del manipulador, renuncia a sus propios deseos e incluso a su salud, bienestar y necesidades. Ellos ceden por mantener la paz y para complacer a la otra persona, todo sin ninguna mejora en la relación”, asegura Margalis Fjelstad, psicóloga, terapeuta y experta en relaciones, en su artículo “Cuando las relaciones están basadas en la manipulación”, publicado en el sitio web
Psychology Today.
Fjelstad describe a este tipo de personas como atentos, preocupados, generosos, además de generar confianza entre quienes les rodean. Sin embargo, por su complaciente forma de ser tienden a estar manipuladas. Generalmente se involucran en relaciones de complacencia unilateral, en las que son vulneradas y maltratadas por su pareja, por lo que manejan altos niveles de represión emocional, todo con el firme objetivo de que el otro no experimente sentimientos negativos.
Signos de alerta
Según expertos del sitio web
Psicología Online, los cuidadores emocionales no identifican que están sometidos a la manipulación del otro, lo que a largo plazo puede afectar su salud emocional. Estas son algunas señales de que algo anda mal: