Los protagonistas sorprendieron en la alfombra roja.
El Festival de Cannes fue testigo de uno de los estrenos más intensos y comentados del año: Die, My Love, la nueva película de Lynne Ramsay, que une por primera vez en pantalla grande a Robert Pattinson y Jennifer Lawrence en una historia tan visceral como perturbadora.
Basada en la aclamada novela de la escritora argentina Ariana Harwicz, Die, My Love es una mezcla audaz de comedia negra y terror psicológico, que se adentra en los rincones más oscuros de la mente humana y en la violencia emocional del amor extremo. La cineasta británica, conocida por títulos como Tenemos que hablar de Kevin, ofrece aquí su obra más radical, donde la belleza visual contrasta con la brutalidad emocional.
La noche del estreno fue un verdadero espectáculo. Pattinson y Lawrence brillaron en la alfombra roja, captando todas las miradas con su elegancia y química palpable. Para Lawrence, fue además su primera aparición pública tras ser madre por segunda vez, luciendo un vestido blanco minimalista que combinó con un labial rojo y recogido clásico. Pattinson, por su parte, apostó por un look sobrio y elegante, acompañando con soltura y sonrisas a su compañera de reparto.
La función culminó con una ovación de pie de seis minutos, según medios presentes, y elogiada por su audacia narrativa y las potentes actuaciones de sus protagonistas. Lawrence confesó en la conferencia de prensa que su experiencia como madre influyó profundamente en su interpretación: “Conecté con la fragilidad de mi personaje desde un lugar muy personal”.
Die, My Love se posiciona como una de las grandes apuestas del año, no solo en Cannes, sino en la temporada de premios. La película no teme incomodar, mezclar géneros ni mostrar el amor como un campo de batalla donde todo puede suceder.
La crítica la describe como una bomba emocional con humor tan ácido como devastador, y un nuevo hito en la carrera de Ramsay, Lawrence y Pattinson. Cannes, una vez más, fue el escenario perfecto para recordarnos que el cine puede ser belleza… y también locura.