De hecho, la verdadera
potestad de Alina, su virtud, reside en el encanto con que logra, aun en
medio de un arduo trabajo, que todos piensen que está en una divertida
reunión de amigos. Es justamente el logro del que más se enorgullece:
“Conseguir que el trabajo que hago no sea trabajo, sino mi mejor plan”, asegura la socia y fundadora de Babel, una empresa boutique que presta servicios de mercadeo, publicidad, relaciones públicas, comunicaciones corporativas y gestión pública.
En
un mundo en el que las comunicaciones moldean la economía y la
política, la importancia del papel que desempeñan las relaciones
públicas es cada vez mayor porque, como ella misma lo explica, “las
empresas y marcas necesitan abrir nuevos canales de relación con sus
líderes de opinión y con los medios de comunicación, y el PR es la gran
herramienta para que esto funcione de una manera natural”. De su
experiencia en empresas como Bavaria y Caracol, esta paisa querendona
aprendió que dos hacen más que uno, que tres hacen más que dos y que
muchos hacen más que pocos. “Sumar fuerzas y trabajar en equipo son mis
grandes aprendizajes de estos años”.
Cuando los días son duros,
exigentes, su encanto se viste con un saco negro tipo esmoquin, de
Armani, que heredó de su mamá, el mismo que le infundió confianza cuando
se graduó de la universidad. También están entre sus amores las
chaquetas femeninas pero estructuradas de Isabel Marrant y una sucesión
de vestidos que se convierten en aliados estratégicos para decir a
diario: “Claro que se pueden presentar obstáculos, pero hasta ahora no
he encontrado ninguno insuperable”.
Alina Vélez tiene una larga
lista de mentores, resultado de su paso por importantes compañías en las
que ha aprendido reveladoras lecciones. Al hacer un repaso de esas
personas determinantes en su vida no le cuesta recordar cómo Alicia
Mejía, en Inexmoda, le ayudó a descubrir una forma práctica de
relacionarse y aprender que con espontaneidad y naturalidad se puede
abordar a cualquier persona. Por su parte, Rodolfo Móseres, en
Proexport, despertó en ella destrezas comerciales que no conocía y la
introdujo en los negocios. Finalmente, Andrés Rodríguez, uno de sus
actuales socios y quien la acompaña desde su paso por Bavaria, le enseñó
que cada historia tiene diferentes ángulos y que hay que considerarlos
todos.
Para ella, la mejor manera de administrar bien el dinero,
tanto en el trabajo como en el hogar, se reduce a una práctica sencilla:
contratar un asesor financiero. Con su tono jocoso, asegura además que
en promedio, la estabilidad emocional ocupa tan solo un 17,3 por ciento
en el éxito de una carrera profesional, y cuando se le pregunta cuál es
el lema de vida que se repite todas las mañanas, concluye con su chispa a
flor de piel: “Por las mañanas solo repito café”.