Cristina Botero Ángel

Hace parte de esa camada de jóvenes frescos y trabajadores que se le meten de frente a que Colombia sea cada día un país mejor. Tiene 33 años y en su hoja de vida se cuentan varios títulos en derecho, dos de ellos –Administrativo y Publico Interno– en la Universidad de París. Trabajó como asistente en la oficina del ex magistrado de la Corte Suprema de Justicia Jesús Vallejo Mejía por dos años y medio. En Francia el tiempo le alcanzó para hacer práctica en la Cámara de Comercio Internacional en París y en la oficina de Serge Lazareff, uno de los árbitros internacionales más reconocidos. Pero, convencida de que sus padres y un hermano colega, son el pilar más importante en su vida, regresó a Medellín con el firme propósito de brillar en su campo, y lo ha logrado. De inmediato se vinculó a la Cámara de Comercio de Medellín como Directora de Métodos Alternativos de Solución de Conflictos. Sin ningún temor al reto y con una alegría permanente, pero también con mano recia y un poco de terquedad, desde julio del 2008 trabaja en la Andi, y pone todo su empeño en que los afiliados estén satisfechos de pertenecer al gremio. Pero para Cristina no todo es trabajo. A esa cuota de seriedad que le da a su región y a su país, le pone una buena dosis de chocolate, uno que otro viaje a lugares dónde “desconectarse” del trabajo, a saborear esas galletas de mantequilla que la devuelven a la infancia, a compartir una botella de vino y entregarse al goce que le produce estar bien vestida, “impecable, elegante y siempre muy chic”.