El otro lado de Maluma

Revista FUCSIA , 22/2/2016

FUCSIA habló con el cantante acerca no de lo obvio, es decir, su música, sino de su relación con la moda, de su infancia y de cómo casi cambia las canciones por un balón.

Abrigo; pantalón; ambos de A New Cross en Gris.

Hay algunas cosas de Maluma que todos sus fans saben. Que apenas tiene 22 años, que fue nominado a un Latin Grammy y que tiene el poder de enamorar a millones.

Mira también: ‘Maluma es portada de la revista Fucsia‘.

Otras, sin embargo, no son tan evidentes. Maluma, o más bien Juan Luis, no teme confesar que es un hombre sentimental y que llora con facilidad: cuando se siente solo, cuando se arrepiente por algo. Le encanta cocinar. Le gustaría ser un papá joven para disfrutar sus hijos. No cree en los roles tradicionales de género, piensa que es de admirar que un hombre se dedique a cuidar a sus niños, por ejemplo.

Habla de estilo. Se siente cómodo haciendo comentarios sobre moda. A Cristiano Ronaldo lo califica como alguien muy acertado cuando se viste de gala, pero le parece que su look no es único porque sigue patrones. Le gusta mucho la ropa que diseña Kanye West, aunque solamente la ropa; sus zapatos le parecen fatales, así todo el mundo en su industria se los ponga.

Maluma, ícono de la nueva generación, es tan exigente en cuanto al vestir que decidió que la mejor forma de darse gusto a sí mismo era creando su propia línea de ropa. Así es Maluma cuando no está detrás de un micrófono.

¿Cómo nació Amelissa?

Desde hace mucho tiempo, soñaba con crear mi propia marca de ropa, quería diseñar mis cosas, pero no se me había dado la oportunidad porque no tenía las herramientas, ni los canales de distribución. No tenía quién confeccionara... No tenía nada realmente.

Un día apareció una compañía llamada Amelissa, con la que hice una sociedad muy bonita porque está cumpliendo mis sueños y, de una u otra forma, estoy cumpliendo los de ellos. Ha sido una unión muy especial porque la línea de ropa se ha vendido en un 300 o 400 por ciento por encima de lo que esperábamos y estamos felices con eso.

¿Cómo estás involucrado en el proceso de diseño?

No sé ilustrar, tengo un gran equipo que materializa lo que tengo en mi mente, pero todo parte de lo que me gusta, lo que me inspira, de la ropa que disfruto ponerme.

¿Cómo ha sido su relación con la moda a través del tiempo?

Siempre me ha gustado la moda. Mi mamá cuenta que desde que estaba pequeño me vestía solo, no dejaba que ella eligiera la ropa por mí. Siempre me he puesto lo que he querido, sea una locura o no.

Desde que comenzó mi carrera artística, jamás he tenido un stylist... Hace poco trabajé con uno, pero solamente por un par de meses. No me sentía bien y creo que es precisamente porque disfruto elegir lo que me gusta ponerme. Así ha sido desde que soy niño y creo que así será siempre.

La moda es, sin duda, un medio de expresión y un vehículo que nos permite escribir la narrativa de nosotros mismos. Esa narrativa siempre está influenciada por otras personas. En su caso, ¿hay algún diseñador particular o personaje que admire o que lo inspire?

El diseñador de Balmain (Olivier Rousteing) es alguien a quien admiro muchísimo. Me parece increíble lo que hace. Pero, en realidad, no tengo personajes que sean referentes para mí en cuanto a moda. Sigo páginas en redes sociales y veo cosas que me gustan, pero no me limito a un patrón. Por lo general me pongo la ropa de mi marca, por no decir que todo el tiempo.

Las cosas que me gustan las mando a diseñar con mi equipo y me parece que ese es el éxito de la marca. Es honesta. Es lo que me gusta. Sé que hay grandes personajes en el mundo de la moda que son de admirar; sin embargo, lo más importante a la hora de vestirse es escoger aquello con lo que uno se siente bien.

Saco; falda pantalón; ambos de A New Cross en Gris.Enterizo; de Bitácora.

Hace poco hizo un viaje que le cambió la vida. ¿Qué fue tan especial?

Sí, estuve en Tailandia en ciudades como Bangkok y Phuket. Fue un viaje muy especial, porque me habló del desapego de lo material, de la vida que uno lleva, de las personas. Me enseñó mucho porque me puso en un lugar en el que nunca había estado, un lugar de liberación que me regresó a mi niñez. Suena obvio, pero cuando uno comienza a crecer se llena de responsabilidades y sentí que, por primera vez, en mucho tiempo mi única responsabilidad era salir a caminar y ser. Me conmovió mucho.

Hablando de niñez, cuéntenos ¿cómo fue la suya?

Tuve una niñez muy tranquila y especial. Soy muy cercano a mi familia. Somos pocos pero unidos. Siempre fui fanático del futbol. Jugué desde los 8 años hasta los 16. Estuve muy concentrado en eso. No pensaba en nada que no fuera un balón, hasta que me dañé y empecé a hacer música.

¿Cómo así que se dañó?

Lo digo molestando. Me refiero a que comencé a hacer música, a pasar mucho tiempo en el estudio y decidí meterme de lleno en esta industria. Empecé a hacer mis propias canciones, a componer. Descubrí que mi pasión más grande era esta.

Lo dice por algo que no todo el mundo sabe y es que en algún momento tuvo que decidir entre ser un jugador de fútbol profesional o hacer una carrera musical, ¿no es así?

Sí. Como contaba, jugué fútbol hasta los 16 años y fue entonces cuando tuve que tomar una decisión. Simplemente me di cuenta de que lo que sentía en un estudio de música no se comparaba con lo que sentía en una cancha. La vida me puso la música en el camino por alguna razón y creo que no fue una mala decisión.

Si en una vida paralela hubiera escogido ser futbolista en vez de cantante, ¿en qué club le hubiera gustado jugar?

Me hubiera encantado jugar en el Barcelona o en el Real Madrid. Son los equipos más importantes en este momento. El fútbol que más me gusta es el español.

Nuevas masculinidades
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