Naomi Campbell: la diosa rebelde

Revista FUCSIA , 19/4/2016

“Supermodelo, empresaria, activista y provocadora”, así presenta la editorial Taschen a Naomi Campbell protagonista de su más reciente libro de colección: una biografía fotográfica de sus 30 años de carrera convertida en pieza de arte, cuyo costo es 1.750 dólares.

En la historia del modelaje, no todos los nombres que suenan en un determinado momento pasan a la posteridad. Naomi Campbell, a sus 45 años, 30 de ellos en la industria, se atreve a vaticinar que la fama de las “instagirls” como Kendall Jenner y Gigi Hadid, que han cimentado su popularidad en Instagram y otras plataformas virtuales, será cuestión de eso… un instante: “Lo que fácil llega, fácil se va”.

Después de todo, ella hace parte del exclusivo Olimpo de las Supermodelos de los años 90, esas que dejaron de ser simples maniquíes para convertirse en celebridades mediáticas, una época en que no cualquiera ostentaba el prefijo “súper” y en la que la inglesa se encumbró como la "diosa de ébano”. No se puede negar que tal estatus celestial tiene que ver con que fue la primera de su raza en aparecer en la portada de la edición francesa de Vogue. Todo debido a que en 1988 su séquito de amigas, entre las que figuraban Christy Turlington y Linda Evangelista, ejerció presión para que así fuera, y que Yves Saint Laurent amenazó con retirar sus anuncios de la publicación.

Sin embargo, en el imaginario colectivo su escultural silueta de 1,77 m. es tan legendaria como sus múltiples escándalos. Estuvo en rehabilitación por su adicción a las drogas y el alcohol y su prontuario dice que entre 1998 y el 2008 fue acusada 10 veces de cometer actos violentos: un teléfono celular en sus manos se convertía en un arma, pues en sus ataques de ira tenía la costumbre de lanzarlos contra sus empleados. Por eso fue condenada a realizar labores comunitarias en Nueva York, pese a que realizó su acto de contrición, que suponía barrer, vestida de Dolce & Gabbana.

Nada glamorosa fue la escena en la que escupió y pateó a dos oficiales en el aeropuerto Heathrow de Londres porque se extravió una de sus maletas y fue vetada por British Airways. También ocupó primeras planas en el 2010 cuando se vio obligada a dar su testimonio en el juicio contra el expresidente de Liberia Charles Taylor, pues habría recibido de él algunos ejemplares de los llamados “diamantes de sangre”. Aun así, su carrera ha permanecido intacta. En 1993 la agencia de modelos Elite la despidió por insoportable, sólo para volver a contratarla seis meses después.

A tan alto perfil también contribuiría la lista de personalidades con las que ha salido, que van desde Mike Tyson y Robert De Niro hasta el multimillonario ruso Vladimir Doronin, uno de sus últimos ex. “Su color de piel es la clave. Fue la primera modelo negra en convertirse en una verdadera estrella en una industria dominada por blancos, lo cual moldeó su identidad. Los medios siempre estaban listos a seguirla y exagerar cualquiera de sus episodios. El hecho de ser una pionera hizo esto posible. Ella ha cambiado con la madurez, pero estoy seguro de que hay un fuego ardiendo en su interior”, opinó a FUCSIA el sociólogo Ellis Cashmore, autor de Beyond Black.

La revista i-D alguna vez explicó tanto revuelo en torno a su persona: “Nadie, pero nadie, se mueve como Naomi. Ella fluye como el Orinoco, exótica al punto de lo mítico. Todo lo que la rodea –incluido el drama– la hace totalmente hipnótica, embriagante. Es de otro mundo… es Afrodita, una obra de arte”. Y como tal, Taschen acaba de lanzar una edición limitada de dos volúmenes con las fotos de su trayectoria, cuyo costo es 1.750 dólares. “Naomi es la única modelo que nos hace contemplar ‘el arte de la belleza’: seductora, fuerte, metafísica, elegante e incomparable. Una portada suya es para siempre” es la descripción del diseñador Stefano Pilati, uno de los tantos halagos recogidos en el libro.

En sus páginas revela que su mamá, quien era bailarina y la crió sin la presencia del padre, le enseñó de niña a desfilar en los pasillos de su casa al ritmo de Lionel Richie. Le explicó que el secreto estaba en tener un estilo propio. A pesar de que gracias a ese consejo nació el “mágico boom boom de pasarela”, como Vogue bautizó el característico balanceo de sus caderas, entonces a Naomi no se le cruzaba por la cabeza la idea de modelar. Por eso, a los 15 años se sorprendió cuando una cazatalentos la descubrió mientras hacía compras en Covent Garden con dos amigas del colegio: “No digo que las negras no sean bellas, pero ¿que me escogiera a mí mientras estaba con ellas? Dios la bendiga por haberme notado”. El resto es historia.

De su mamá también aprendió que el racismo no podía ser una excusa para no triunfar. “Muy temprano comprendí que como una modelo de color, tendría que conseguir dinero de distintas maneras”. Ser imagen de una de las grandes marcas de cosméticos no era una opción. Incluso cuenta que en una oportunidad Revlon le ofreció un contrato, pero declinó pues sabía que a Cindy Crawford le pagaban mucho más.

El diario The Times estima que actuar, ser presentadora de televisión, lanzar fragancias y crear su compañía de eventos NC Connet le ha servido para construir una fortuna que rondaría los 50 millones de dólares. Entretanto se ha convertido en un estandarte de la lucha por la igualdad: “La fotografía es un espejo en el que nos miramos y Naomi les ha dado a muchas jóvenes negras un hermoso reflejo”, comentó la modelo Iman, con quien conformó la Black Girls’ Coalition, para recordarles a los diseñadores la importancia de representar la diversidad en sus shows.

En días pasados fue galardonada con un premio que lleva el nombre de Mandela por haber fundado la iniciativa Fashion for Relief, que ha recaudado fondos para ayudar a víctimas de desastres naturales. De hecho, el líder sudafricano la consideraba su “nieta honoraria”. Quizá por eso, la nueva biografía destaca las palabras que le dedicó el fotógrafo y cineasta Bruce Weber: “La mujer que yo conozco tiene un gran corazón que esconde dentro de ese tumultuoso cuerpo que es como un tornado”.

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